Capitulo 17

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La calle esta vacia, como debe estarlo un día escolar, casi terminan las horas de clase, así que debo darme prisa y sacar a Shira de ahí como sea, Ian subirá a la recamara en cualquier momento tratando de disculparse, aunque yo tendré que disculparme con el por desobedeserlo, el también trata de protejerme.
Cuando entro no hay nadie en la sala, escucho voces arriba como si estuvieran discutiendo, y después mi tía aparece con Briana detrás, me siento aliviada, pero luego eso desaparece cuando veo un cuchillo en la garganta de Shira.
- Hasta que apareces hermanita.- Dice con voz dulce, pero no me engaña, se que no tiene buenas intenciones.
«-Corre.-» Articula mi tía con la boca, pero es lo único que dice, porque mi hermana le corta el cuello de lado a lado, y cae por las escaleras hasta mis pies, sorprendida y asustada me agacho para ponerla en mi regazo, la sangre sale a chorros ensuciando mis manos y mi ropa, todo lo que hay es color rojo y no puedo despegar mi mirada de la suya llena de dolor, hasta que el sonido de los tacones de Briana por las escaleras me sobresalta, arrastro a Shira hasta la entra de la cocina y luego me pongo de pie.
- ¿Cómo...
- No me vengas con eso ahora Alana, no viviste ni siquiera unos dos meses con ella, no significa nada.- Replica con voz fría. Me obligo a ser valiente, acaba de quitarme a la única familia que me quedaba, y no pienso dejar que me vea débil, no ahora, ya fue suficiente.
- Como ahora tu tampoco significas nada para mi, se que tienes ordenes de tu madre para llevarme con ella, pero no te la voy a poner tan fácil.- Mi voz no duda, y estoy orgullosa por eso.
- Así es, ordenes de llevarte, pero nunca dijo que sin un rasguño.- Me lanza el cuchillo con una puntería sorprendente, y de igual manera lo esquivo, no sabía que tenía tan buenos reflejos. Cuando vuelvo a verla un fuego negro rodea sus manos y una bola del mismo fuego sale dirijida a mi, pero la esquivo y rebota en los trastes de la cocina, nunca me dijeron que podían hacer eso, ¡diablos!, tengo que pensar y rápido.
- No te resistas, se que no has entrenado lo suficiente, será más fácil que te entregues, así podre ir tras la zorra de tu madre.- Mi mamá, no la conozco pero igual no me gusta que hable así de ella.
- La zorra aquí es tu madre, que se acercó a mi padre cuando sabía que hubo una antes que ella.- Sus ojos avellana brillan con enojo, y lanza otra bola de fuego, que da en el grifo del agua y explota, agua, un pequeño chorro pero la siento vibrar por las tuberías con fuerza, y con eso basta, alzo la mano para controlarla y luego sin siquiera tocarla un grueso chorro de agua sale disparado a Briana que atraviesa la ventana que da al jardín, cautelosa me acerco a la ventana destrozada pero ella ya no esta, se ha ido.

******

Con esfuerzos ahora mi tía esta tendida en su cama, he limpiado la sangre de su herida y cerrado sus ojos, tiene la expresión de alguien dormido, claro si omitimos la franja roja en el cuello, esto fue mi culpa, mi culpa y solo mía. Me encamino a mi habitación y tomo una maleta, luego empaco alguna de mi ropa y sin pensarlo salgo de ahí, si me quedó Briana volverá, y no lo hará sola, tengo que irme.

Una persona normal estaría llorando en este momento, incluso yo me estoy cuestionando que no lo este haciendo, ya salí de la ciudad pero de todas maneras me cubro la camisa llena de sangre, ni siquiera me lave las manos, y supongo que parezco una loca drogada porque la poca gente que había en las calles me observaba pero ni siquiera me dirijía la palabra.
Cuando llego a la casa Marcus, Verónica e Ian están discutiendo, y cuando me ven entrar se callan.
- Por favor dime que mataste a esa perra barata.- Dice al fin Verónica, Ian me observa de arriba abajo preguntándose de donde salió tanta sangre, respiro profundamente.
- La perra barata le corto el cuello a Shira... En mi cara y yo no... Hice nada.- Ian me mira preocupado y luego comienza a caminar hacia mi
- No.- Lo paro de golpe.
- Por alguna razón no quiero llorar, lo único que quiero es venganza, y Briana ya no es mi hermana, si me quiere muerta se va a tener que esforzar, por que antes la mato yo.- Todos se sorprenden por mi reacción, me giro y subo las escaleras a la recamara en donde desperté esta mañana, entro al baño con todo y maleta y me veo al espejo, Mi cabello esta esponjado por el calor, la blusa esta completamente roja al igual que las mangas de la chaqueta, mis ojos están grandes pero no revelan nada, creo que me he quedado en ceros.
- ¿Segura qué estas bien?- La voz de Ian me llega de la puerta del baño, que deje abierta.
- No... No sé, se supone que debería estar llorando o traumada, pero no, sólo estoy molesta.
- ¿Qué quieres hacer ahora?- Es la segunda vez que me pregunta eso en la semana, me volteo y por enésima vez no controlo lo que hago, estoy besando a Ian, un beso intenso y profundo que el responde.
- Lo único que necesito es saber que aún tengo a alguien conmigo.- Digo cuando me separo de él, porque no me alejo, y él no quiere que lo haga, me rodea la cintura con fuerza y al mismo tiempo con delicadeza, no entiendo como consigue combinar esas dos cosas.
- Aquí estoy... Siempre.- Me roba una sonrisa, y yo vuelvo a besarlo, sin importarme que este cubierta de sangre, sin importarme que quizá en unos días tenga que matar a mi hermana, sin importar nada, solo que estoy con él, y con eso es suficiente para sentirme bien.

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