Capitulo 21

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Cuando me despierto esta anocheciendo, tengo la camisa que llevaba pegada a la piel a causa de la maldita pesadilla, en los últimos días he logrado mantener a raya a quienes intenta entrar en mi mente, pero simplemente con esa chica es imposible.
«Toc toc» escucho en mi puerta cuando ya estoy levantada y algo tranquila, así que camino hacia allí y abro.
- Tenemos dos horas para prepararnos, los chicos ya empezaron, es nuestro turno.- Dice Verónica mientras entra con un puño de ropa en las manos.
- ¿Qué es todo eso?, vamos a una misión suicida no a un bar.- Le digo con sarcasmo.
- Bueno, pues si vamos a morir, que sea con estilo.
Después de 30 min, escogí un pantalón entubado, una camisa de tirantes, una chaqueta de piel y unas botas hasta la rodilla todo completamente negro, en realidad todos llevaremos todos ropa de ese color, ayuda a camuflajearnos, que es lo que necesitaremos.
- Se te ve la marca.- Escucho decir a Verónica, si tiene razón, ya no la escondo, no tiene sentido seguir haciéndolo. Ignoro su comentario y recojo mi rizado cabello castaño en una coleta alta, Verónica observa la parte trasera de mi nuca con cara seria.
- ¿Qué?- Pregunto cuando no aparta la mirada.
- Nada, Ian me pidió que te dijera que te esperaba en la sala cuando estuvieras lista.- Frunso el ceño pero asiento, y salgo mientras ella termina de ponerse la chaqueta sobre el top negro que escogió.

******

- Una chica de pelinegro me dijo que me estabas buscando.- Se levanta del sofá y sonríe mientras camina hacia mí.
- Nunca creí que el negro te favoreciera tanto.- Responde con voz ronca.
- La verdad, yo tampoco.- Le sostengo la mirada, lo cual no es fácil, sigo perdiéndome en ella.
- Vamos, quiero mostrarte algo, sígueme.- Ian me conduce por las escaleras, después pasamos varias habitaciones y al final del pasillo puedo ver una puerta, ya no hay a donde mas girar o entrar, así que supongo que ahí es donde vamos.
- Nunca había venido a esta parte de la casa.- Comento distraída, ¡este lugar es enorme!
- Pues espero que no vengas muy seguido, a menos que sea necesario.- No lo entiendo hasta que abre la puerta puedo ver un arsenal completo de armas de fuego y armas blancas, además de otras cosas que no se que sean.
- Vaya....- ¿Cómo puedo tener esto aquí? ¡su hermana vive con él!
- Normalmente no te daría un arma, pero... En estos casos son necesarios.- Se acerca a una mesa que tiene varios estuches para armas encima y me pasa una especie de cinturón con tres fundas pequeñas de lado izquierdo y uno grande del lado derecho.
- Ten, es un cinturón de armas, hay unos mas equipados pero no llevaras tantas armas encima, técnicamente tu eres una; las tres fundas son para cuchillos pequeños, Verónica me dijo que tienes excelente puntería, están en la mesa junto a la ventana, y la funda grande es para una espada, tómala de la repisa.- Me señala los lugares mientras el también toma su propio cinturón.
- El metal sagrado no me mata aún.
- No, pero si puede herirte, nuestra última clase peleamos con varas que simulaban espadas, eres buena, solo debes ser más rápida.- Se acerca a la repisa y cuando se estira mis pensamientos se distraen en su silueta y su facilidad para moverse.
- Toma esta, es mas ligera y fácil de manejar, pero ten cuidado puede cortarte una extremidad con facilidad.- Me la tiende y en efecto, es ligera.
- ¿Qué sucede contigo?, la parte de cortar extremidades es lo divertido.- Bromeo mientras enfundo la espada en el cinturón.
- Mientras no sean las tuyas...
- Iré abajo, esperaré a Verónica.- Cuando me giro el me toma del brazo.
- Alana...
- ¿Si?
- Tu última marca.... Ya apareció.
- ¿Qué? ¿dónde?- Yo no he visto ninguna otra marca, reviso mi cuerpo a diario.
- Bueno, esta en tu nuca, así que técnicamente no podías verla.- Se acerca, y como con todas mis marcas la toca, y vuelvo a sentir ese escalofrío que recorre todo mi cuerpo.
- Ahora si, nuestra conexión esta completa.
- Eso quiere decir que si estoy moribunda tu lo sabrás.- Pregunto para aligerar el ambiente, pero no funciona, creo que el hecho de que juegue con mi vida no le causa gracia.
- Técnicamente sí, aunque no lo habría dicho así.- Me acerco a él y pongo mis manos en sus hombros.
- Estaré bien... Todos estaremos bien, tendré cuidado y tú estarás ahí, así que estaré doblemente protegida.- Y después sin aviso pega sus labios a los míos, primero es un beso tierno, tratando de pedirme permiso, que sabe que ya lo tiene cuando me aprieto más a él haciendo el beso mas intenso.

******

Cada uno de nosotros ya esta equipado con las armas de su preferencia, pero todos llevamos una espada, era lo único que no podía faltar, Ian se ha despedido de su hermana, le prometió que volvería y como este portal lleva a otra dimensión Marcus debe hacerlo en el jardín, donde estamos ahora.
- Espero que en algún futuro inventen una aerolínea para viajar a otra dimensiones, los portales son una mierda.- Verónica sigue sin apreciar el gran trabajo de Marcus, o al menos el hecho de que arruine su peinado.
- Lástima guapa, estos son muchísimo mas ventosos.- Se burla Marcus y luego yo no puedo evitar hacerlo.
- Una pena que no puedas correr a la casa por un cepillo y una secadora.- Todos vuelven a reír excepto Verónica.
- Basta, volviendo al tema de la seriedad, esto es peligroso, así que comcentremonos y volvamos vivos.- Todos estamos de acuerdo con Ian, así que después de eso Marcus comienza a hacer los movimientos extraños que hace con sus manos, una hueco color azul turquesa aparece frente a nosotros, y efectivamente este portal parece un huracán.
- Ian primero, luego ustedes chicas y al final yo, no se separen al caer, y escondanse, esto los llevará a las puertas del edificio, que fue lo que Alana dibujo.- Afirmamos con la cabeza y a la señal de Marcus Ian entra al portal luego nosotras y somos arrastrados por un remolino de viento.

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