Capitulo 30

2 0 0
                                    

Fuera de las prisiones el viento sigue chocando en las ramas limpias de hojas y las hojas secas producen el dulce ruido crujiente que siempre me a encantado.
Camino con cuidado de no lastimar más mi tobillo y procurando no dejar caer a Leilani, para nada es una tarea fácil.

******

Nora esta luchando arduamente con Corina, sus rizos castaños están pegándose a su nuca y tiene varias heridas en los brazos y piernas a causa de la espada de Corina.
- Quedate aquí ¿si?, voy a ayudar a... Nora.- Deposito con cuidado a Leilani a los pies de un árbol, y en eso escucho que una espada cae, cuando me giro veo a mi madre cayendo al duro suelo, no herida de gravedad pero herida de todas formas.
- Va a ser más complicado acabar contigo que con el odiota de David.- ¿Qué?
- Perdón, ¿qué acabas de decir?- Me dirijo a Corina, perdí la espada y ya sólo me queda un cuchillo, no tengo nada más para defenderme.
- Lo que dije querida, es que tu amado padre no murió accidentalmente.- «Por favor que este mintiendo, que este mintiendo» esa es mi plegaria una y otra vez.
- Cuando secuestré a Leilani y me conecté con ella, sólo necesitaba que David muriera para que su poder fuera mío, así que me encargué de que su coche se saliera del camino, sencillo teniendo en cuenta que no era inmortal, pero nunca conté con el hecho de que tu... Pequeño estorbo ¡te quedarías lo que me pertenece!- Siento como me comienza hervir la sangre, no puedo creer no quiero creer lo que escucho.
- ¡Tu maldita perra asesinaste a mi padre!- Mi voz sale cargada de odio, rabia, desesperación y muchos deseos de venganza, veo mis manos y de ellas salen llamas rojas, el viento comienza a soplar mas fuerte y nubes negras se acumulan en el cielo obscuro indicando que una tormenta se acerca.
- Tu no puedes usar tus poderes aquí, ¡es imposible!- Avanzo un paso hacia ella al mismo tiempo que lanzo una bola de fuego hacia ella, que destruye con su espalda.
- ¡Es tan posible que me voy a encargar que tu muerte sea lenta y dolorosa!-  Le doy una patada en el estomago lo que hace que suelte su espada, luego la tomo del cuello y aprieto con fuerza como si fuera un oso de peluche.
- Matar a tu padre ha sido lo único que he hecho bien en mi vida.- Dice con dificultad buscando el aire que le estoy privando que tome. Con ayuda de los árboles hago lo mismo que ella hizo conmigo hace un momento, las ramas le prohíben moverse.
- ¿Por qué? ¿Por qué matarlo de esa manera tan cobarde y no dar la cara?- Pregunto cuando me doy cuenta de que no tiene sentido que su muerte la provocara así.
- ¿Por qué respondería? Igual vas a matarme.
- ¿Y acaso no vine a eso?- Miro sus ojos, igual a los de Briana, pero no veo ni una pizca de humanidad en ellos.
- No, veniste a buscar respuestas, tu no eres capaz de matar, como tampoco lo era David, tu padre siempre fue débil, su bondad lo hacia así.- De pronto todo cobra sentido, se une como pequeños hilos en mi cabeza encontrando su lugar.
- Provocaste su muerte porque tenías miedo de que mi padre te viera realmente como lo que eres, un mounstruo, por eso te fuiste cuando nació Briana, y cuando encontró a mi madre intentaste matarla, nunca has soportado la idea de que ella logró recuperar el amor de mi padre, estas celosa, y como nopodias tenerlo decidiste tener algo que le pertenecía, sus dones.- La sonrisa de superioridad en su rostro se borra, «Tengo razón»  ahora quien sonrie así soy yo. Pero en algo ella no se equivoca.
- No voy a matarte, sería una salida muy sencilla, vivir en una eternidad sabiendo que mataste al único hombre que llego a amarte, ese será tu castigo, te entregaré al Consejo, que hagan contigo lo que quieran.- Ordeno a las ramas que la suelten, y cae al suelo con un ruido tosco.
- Vamos Nora, alguien tiene que revisarte.- Tomo a mi madre del brazo para levantarla, al mismo tiempo siento el filo de una daga en mi cuello.
- Tal vez tu no quieras matarme, pero yo a ti sí.
- Corina, es suficiente, deja a mi hija, has hecho mucho daño.- «¡Hija! Me llamo hija
- ¡Me lo has quitado todo Nora!, nunca te importo que fuéramos amigas, ¡eso nunca lo dijiste! ¡¿verdad?!- ¿Qué?
- Tu elejiste ser una perra, esa fue la diferencia.- Leilani le atraviesa la espada de mi madre en el pecho, y como sobresale me lastima el brazo, pero no importa, puede volver a hacerlo si quiere.
- Creí que estabas moribunda.- Digo aliviada.
- Y yo que tenías todo bajo control.- No puedo evitar reír, bueno todas reímos.

Narra Ian

Pelear con Briana es mas cansado de lo que pensé, parece que a ella también la entrenaron, pero mientras trato de hacer otro corte en su brazo ella se queda quieta, al igual que todos los demonios, es como si... Como si su creadora hubiera muerto.
- Parece que Mami esta en el infierno al que pertenece.- Mi burla es evidente, y ella se enfurece, sus ojos avellana se encienden con fuego oscuro.
- Tu noviesita estará ahí en un momento más.- Me enoja su amenaza, intentando acabar con ella de una vez su espada me atraviesa, y una sonrisa aparece en su rostro, que se borra después de que Marcus la derribe e inmovilise con esposas de un material santo. El dolor es insoportable, eso sólo me dice que algo anda mal, muy mal.

Narra Alana

Ya en el campamento no queda más que la típica destrucción resultado de una guerra de tal magnitud, «todo bien hasta ahora»  pienso, pero eso se esfuma cuando veo a Marcus sosteniendo a Briana, y a Verónica, Dayanne y Elssa alrededor de alguien que esta hérido, y ese alguien es Ian.
- ¿Qué paso?- Pregunto cuando llego corriendo.
- Tu amado esta muriendo hermanita.- ¿Qué? No, no puede...
- Lo han atacado Alana, con... Con Metal Sagrado, no se como lo consiguió la zorra barata.- «No, maldita sea Briana, no me puedes robar a Ian, a él no
- Te vas a poner bien Ian, tienes que hacerlo.- Volteo hacia Elssa quien parece salió ilesa.- Por favor, ayudalo.
- No puedo pequeña, no le queda mucho tiempo, es mejor que te despidas.

Hidden ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora