Hidden ⭐

Capitulo 23

No quedan más que unas cuantas hojas en las ramas de los árboles que chocan con las ventanas de la enorme biblioteca en donde estamos.
– No se muevan de aquí, voy por la Señora Lewis.– Dice el rubio que hace un minuto nos estaba atacando, ¿por qué le dicen Señora?
– Solo traila, no vamos a ir a ningún lado.– Respondo algo fastidiada por la situación. El rubio se va, y todos nos miramos unos con otros.
– Espero que no sea una trampa.– Reconozco que quizá Verónica tenga razón, solo dije su nombre y eso fue suficiente, no nos hicieron daño porque dije que soy su hija.
– Por eso Marcus estará listo para crear otro portal. – Escucho a Ian, y Marcus no dice nada, esta distraído viendo por la ventana, y por su postura puedo deducir que esta tenso.

La puerta de la biblioteca se abre, y entra el chico rubio nuevamente, seguido de una mujer de no más de 40 años, su ropa es de vestir, completamente gris, lo único que hace la diferencia en las tonalidades de su atuendo es su cabello castaño, y como el mio también con rizos, sus ojos son verdes, pero sin ninguna expresión, que ahora me miran fijamente; le hace una señal al chico para que salga.
– Han asesinado a varios de mis hombres, ¿por qué?– Esta mujer me abandono al nacer, ¿y eso es todo lo que me dirá?
– Mejor ellos que nosotros.– Dice Ian al ver que me he quedado petrificada en mi lugar.
«– Pregunta Alana, ahora es el momento de obtener respuestas.–» La voz de la chica con la que he soñado estos días entra de nuevo en mi cabeza, nuevamente sin ser invitada, ¿podre hacer yo lo mismo?
«– Necesito saber tu nombre, ¿quién eres?–» Hablo en mi mente, estúpido pero tiene que funcionar.
«– Leilani, tu madre sabe quien soy–».
– Entonces... ¿no piensan decirme nada?– La voz de mi madre me saca de mi ensoñación.
– ¿Quién es Leilani?– Todos me voltean a ver, no esperaban que dijera eso, no vinimos a eso.
– Alguien que no supo hacer bien su trabajo.– Responde, aún sin emociones, no puedo creer que esta mujer sea mi madre.
– ¿Sabes quién soy?– Quizá sea eso, quizá no sepa quien soy y...
– Alana, tuviste el coraje para decirlo, aunque no a mí, pero sigo sin entender que es lo que quieres.
– ¿Qué es... Lo que quiero? O bueno no lo sé, ¡quizá quiero que me digas porque carajos nunca me enteré de la verdad! ¿¡porqué te fuiste!?– No puedo soportar que se comporte como si no importara, no puedo.
– David debe responder eso.
– No puede. – Digo automáticamente, sin verla a la cara.
– No puede o no quiere.– Levanto mi cara, ella no lo sabe.
– Esta muerto, hace unos meses, si no fuera así, seguiría pensando que estas muerta, aunque técnicamente lo haz estado.– Abre un poco los ojos, una muestra de su humanidad, lo que estoy buscando.
– David es... Era un Supremo, yo lo conocí en la universidad, la primera vez que vi su marca me di cuenta que era igual a la mía, pero no sabia que significaba, hasta que.... Apareció una chica de nuestra edad llamada Leilani, ella nos explicó lo que significaba, David era un supremo y yo un múltiple.– Se dirije a una silla detrás del escritorio y se sienta.– Nos explicó todo lo que conllevaba el hecho de ser lo que somos, incluyendo la inmortalidad. Yo quería eso, pero David no, así que me fuí encontré a mi propio guardián y me puse a trabajar en mis dones, no supe nada de él hasta que volví a Chicago, donde vivíamos antes, yo estaba apunto de adoptar mi inmortalidad, pero me encontré con él, y todo lo que sentía por él volvió.
– Cuando lo encontraste él ya estaba con alguien, ¿verdad?
– Corina, sí y tuvieron una hija, David no continuó con Leilani, ya sabes, para ser inmortal, pero... Nunca supo nada sobre los demonios y Corina era uno, la enfrenté y huyó, dejando a Briana con David, había un 50% de posibilidades de que fuera como David, pero fue como Corina, acepte cuidarla como si fuera mi hija, y me casé con tu padre, olvidando por completo lo que era, lo que eramos y luego... Llegaste tú. – Esta no fue la historia que yo conocí toda la vida.
– Meses antes de que tú nacieras Corina volvió, amenazando con destruir a tu padre y quitarnos a Briana, el día que naciste intento matarme, era más fuerte que yo en ese momento, y apesar de que tu padre no usaba sus dones, su talento era nato, fue entonces cuando decidimos que el podía cuidar de ambas y yo debía irme, para ser inmortal, y luego él.
– Pero no lo lograste.
– No, hay una regla, si no se logra el dominio total de los dones después de los 21 no puedes ser inmortal, los domino a la perfección, pero no soy inmortal.
– Todo este tiempo, mi padre estuvo huyendo de Corina, y añorando volver a verte o saber de ti.– Siempre estuvo triste y nunca lo dijo, «nunca fue feliz.»
– Creí que estabas segura, por eso nunca volví, ya no encajaba en tu vida, pero ahora... ¿porqué estas aquí?.– Sin decir palabra me quito la chaqueta, la marca de mi brazo y mi clavícula se ven perfectamente.
– Eres un múltiple. – Levanto mi playera para que ve la marca de mi abdomen y luego me giro para que vea mi marca más reciente en mi nuca.
–  Según Elssa los dones de mi padre se me han transferido a mi, no soy un múltiple, soy un supremo, el último de todos.– Mi madre abre los ojos de golpe, esto tampoco le es una buena noticia. – Vine, porque llevar todo esto no es fácil, estaría sola si no fuera por mi guardián y mis amigos, Briana quiere matarme, asesinó a Shira hace unos días, tuve una visión, que me dice que lo más probable es que haya guerra a finales de otoño yo... Solo quería, saber que no estoy sola.– Nora se levanta de la silla.
– Si buscabas a una madre, lo siento, pero no puedo darles eso, más sin embargo puedo darles armas diseñadas para matar demonios, las fabricamos aquí.– Ya no soy capaz de decir nada, no puedo.
– No se preocupe señora, he mantenido asalvo a Alana y ella es lo suficientemente capaz de hacerlo por si sola, siga aquí, pudriéndose en su propia miseria, pero esperó que no se arrepienta por no haber ayudado a su hija.– Ian me toma de la mano, y me dirije al portal que creó Marcus, como me gustaría que existiera uno para desaparecer de este mundo.