Capitulo 24

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Aveces las personas que se supone deben estar contigo para apoyarte y salir adelante son las que siempre terminan haciéndote sentir como una basura, ese fue mi sentimiento al escuchar las palabras de la mujer que me dió la vida.
- No deberían permitir que personas como ellas sean madres.- Verónica está molesta, primero porque viajó dos veces en un portal que no la trató muy amablemente y segundo por la mala educación de Nora.
- Da igual, según el calendario tenemos una semana para que termine el otoño, mi visión puede cumplirse para ese entonces, pero quizá la guerra sea antes, hay que estar listos.- Ya no pienso preocuparme por lo que siento, lo primero es lo primero, luego me preocupo por el desprecio de mi madre hacia mi.
- Eso quiere decir...
- Seguiremos con el calendario que hicimos para Alana, hay que entrenarla mucho más, llamar a todos los guardianes que conozcan y pedir ayuda.- Ian aun sigue molesto por como me trató Nora, y se esta tomando muy enserio el hecho de que habrá guerra, aunque claro, no es para menos.
- Yo llamaré a algunos amigos.- Después de esto Marcus desaparece.
- Y yo a esa brujita amiga de Alana, vino a verme cuando no estaban.- Lucy la hermana de Ian también quiere participar, aunque técnicamente no lo hará, Ian y todos sabemos que es peligroso para ella.
- Encontraremos la ayuda suficiente, todo estará bien.- Todos me dicen lo mismo, que todo irá bien y bla, bla, bla. A la mierda con todo esto, simplemente que pase lo que tiene que pasar.
- Sí, claro, me iré a dar una ducha para despertar, tengo dos horas de combate contigo.- El asiente y yo me desaparezco por los pasillos que llevan a mi recamara.

******

Cada gota de sudor que cae por mi frente y recorre mi cuerpo es un pasito más cerca de estar completamente lista para lo que sea, he estado media hora haciendo estiramientos y calentamiento, el primer combate cuerpo a cuerpo fue con barras de madera, Ian me ganó, pero aprendí nuevos movimientos, ahora es sin armas.
- Recuerda, no te sientas intimidada por tu oponente.- Habla con voz ronca Ian, y apesar de la situación no puedo evitar reír.
- Puedes hacerme sentir cualquier cosa, pero intimidarme no es una de ellas.
- Tampoco dejes que te distraiga.- Con un rápido movimiento me toma de la cintura y desequilibra mi rodilla con una patada, tirándome al suelo. - Desde arriba, toma tu posición.- Me levanto y hago lo que me pide.
- Muy bien, escucha, normalmente no te daría este consejo, pero...
- Son situaciones extremas.
- Exacto, ahora... Piensa en algo que te haga sentir odio, ese sentimiento es muy poderoso como peligroso, solo descargalo.- Tiene razón, no es un consejo que normalmente me daría, pero quizá...
- Bien, solo dame un minuto.- Pienso en algo que odie, pero que odie realmente, mi padre... No puedo odiarlo aunque quiera, mi madre... Ella no tiene la culpa de no confiar en mí o de no ser de su agrado, no la conozco, ni ella a mi, Briana... Asesinó a Shira y mintió, pero no siento odio por ella, sólo pena por ser una persona vacía, y su madre Corina, ni siquiera la conozco, a pesar de que quiere matarme, «¿a quién odio tanto como para poder tomar fuerza de ello
Sin aviso Ian comienza a soltar su primer golpe, que contraataco con otro.
- ¿Pensaste en alguien?- «No» pienso, pero tal vez...
- Sí.- Digo con los dientes apretados, luego comienzo a tirar golpes en su torso, pero técnicamente es como si golpeara una roca, luego el me detiene y me da la vuelta sujetando mis manos pegadas al pecho.
- Piensa lo que más odias de esa persona.- Y lo hago, pienso en lo que mas odio de esa persona persona, y lo siguiente que hago es golpearlo con mi cabeza después girar y tocar su cuello, luego golpear su rodilla y tirarlo al suelo.
- Si funcionó.- Dice con cara de dolor en el piso, «claro que funciono» le doy la mano para levantarlo.
- Ve a ducharte y tomar agua, tienes dos horas con Marcus.- Afirmo con la cabeza, lo que hago con Marcus no me provoca cansancio físico, pero sí mental, así que debo enfriar mis ideas.

Narra Ian

Veo como Alana se aleja y entra a la casa, me sorprende la fuerza con la que me derribó, debo preguntarle en quien pensó, aunque espero que no haya sido un mal consejo lo que le dije.
- ¿Qué se siente que tu novia te haya pateado el trasero?.- Escucho a Lucy riendo desde la cocina.
- Aunque te suene raro, pero estoy feliz de que lo haya hecho.- Me dejo caer en el sofá, me duele el trasero.
- Entonces... Si yo hago eso ¿estarías feliz?- Suelto una risita, mi hermana y sus preguntas.
- No, en ti no cuenta, estoy feliz porque eso significa progreso.- Lucy viene hacia mi, y cuando esta apunto de sentarse tocan la puerta, resonga pero va a abrir.
- Ian Woker ¿dónde esta?- Me levanto de inmediato, yo conozco esa voz, me dirijo a la puerta y sí, en definitiva las cosas no están bien.
- Dayanne ¿qué hacen aquí?- Digo sin una pizca de sentimiento.
- Habrá guerra Ian, es de lo único que se habla ¿crees qué no me daría cuenta?- Dayanne entra sin permiso y comienza a revisar la casa.
- Eso no me responde.
- Vengo por ella Ian, son momentos difíciles y el Consejo no piensa arriesgar al último Supremo.

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