Hidden ⭐

Capitulo 26

Narra Alana

«- Ayudame, ya no lo soporto más.- La voz de Leilani comienza a escucharse en la oscuridad de mis sueños, trata de derribar mi barrera, esta ahora muy débil, tratando de ayudarla la derribo por ella.
- ¿Qué te ocurre? Me dijiste que investigara, y eso hize.- De pronto una imagen, de una sucia, descuidada y desnutrida Leilani aparece en mi cabeza, nunca la había visto así, el lugar en donde estamos es una deprorable prisión de concreto llena de polvo y telarañas, no tiene ni una pisca de luz.
- Cuando tu guardián toca aunque sea una de tus marcas tiene una conección contigo.- Lo que dice Leilani tiene sentido, eso explica porque Ian a tocado...
- ¡Ella te puede escuchar!, no pienses tan fuerte.- Solo asiento a la advertencia de Leilani, ¿quién es "ella"?
- Yo toque una marca de tu padre, me atraparon antes de que muriera, y ahora que tú tienes sus dones, tengo una conección contigo, por eso puedes verme ahora.- Tiene que estar bromeando.- Soy el arma que tienen en contra tuya.»

La luz penetra las cortinas de mi ventana, anoche dormí tarde y por lo que veo me levante tarde, pero eso no importa, necesito saber si lo que me dijo Leilani es verdad. Me levanto y me pongo ropa para deporte al igual que unos tenis, luego bajo corriendo.
- ¡Dayanne! ¡Dayanne!- Busco en la sala y luego voy a la cocina, en donde están todos desayunando, todos menos Dayanne.- ¿Y Dayanne?- Pregunto cuando todos me están prestando atención.
- En la biblioteca.- Me responde Lucy, soy tan mal educada que ni siquiera le agradezco salgo corriendo a la biblioteca.

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Hay varias pantallas, como Tv gigantes, con gráficas y datos que no entiendo, y entre unos cuantos papeles esta Dayanne.
- ¿Qué te ocurre?- Pregunta cuando ve mi cara de estrés total.
- Necesito que me digas que posoblidades hay de que el antiguo guardián de mi padre tenga una conección conmigo ahora que sus poderes son míos.- Hablo rápido y sin detenerme, necesito que me lo diga todo.
- ¿Porqué preguntas?- Me habla pero sin ponerme mucha atención. Me acerco a ella y lanzo todos los papeles a un lado, obteniendo su atención ¡al fin!
- ¿Qué sucede?- Entra Ian seguido por Marcus y Verónica.
- ¡¿Qué probabilidades hay?!- Grito desesperada, todo este tiempo, no era la única que estaba sufriendo, también Leilani, y ella sólo trato de ayudar a mi padre.
- Muchas, si la marca que tocó fue la primera que apareció en él.- La primera... Fue con la que yo nací.
- ¿De qué están hablando?- Vuelve a insistir Ian.
- Me encantaría saber... Alana lo que me preguntaste, ¿es real?- Vaya inteligencia la de esta mujer.
- Corina tiene a Leilani, la esta usando en mi contra, la a tenido prisionera desde antes que mi padre muriera.- Explico todo mientras me calmo un poco.
- ¿Esto cambia las cosas?- Pregunta Verónica.
- Sí, esto lo cambia todo.- Le responde Dayanne sentándose en una silla que tiene a la mano.
- Necesito que venga Elssa.- Habló en voz alta, tengo un plan, y tiene que funcionar.
- Llega hasta mañana, en eso quedamos, los demonios declaran la guerra pasado mañana, sus tropas aun no están listas.- Dice Marcus detrás de una enorme pantalla.
- Exacto, tú traes a Elssa, ella encuentra a Corina y nosotros empezamos la guerra, voy a matar a esa perra.- Salgo de la habitación y me dirijo a la sala de entrenamiento, necesito golpear algo urgentemente.

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Cada golpe que le doy al saco colgado del techo se lleva una gota de todo mi energía y coraje, los guantes protegen mis manos pero eso no evita qie en cada golpe todo mi cuerpo vibre por la fuerza aplicada.
- Tu plan es muy bueno.- Ian esta justo detrás de mí, sujetando mi cintura.
- Tengo una mente fría, deberías tenerlo en cuenta.- Suelta una risita, que hace vibrar su pecho, me encanta como se escucha.
- Eres inteligente, eso lo sé, Dayanne envió a Marcus por Elssa, y ella y Verónica están preparando a los guardianes que llegaron y algunas brujas.
- ¿Y Lucy?- Ella también es inteligente, y poderosa, pero aún no es el momento para que se enfrente a algo como esto.
- Marcus se la llevo después de que saliste de la biblioteca, estará a salvo.
- Claro que sí, igual que tú y todos, las cosas saldrán bien, lo prometo.- Ian me da la razón con la mirada pero aún hay algo que le preocupa. - ¿Qué te ocurre?
- Aun no eres inmortal, no me mal interpretes, eres increíble con tus dones y peleas como una profesional, pero... Tengo miedo de perderte, de que te me escapes de mis manos como el viento y no pueda recuperarte.
- Si lo dices por mi visión, yo también tengo miedo, pero estoy molesta y decidida en una cantidad mayor, voy por Corina y sé que Briana va por mi...
- Descuida, yo me encargó de ella, ha tratado de matarte, va hacer un placer volver a verla.- Le sonrió y luego no puedo prohibirme el simple placer de besarlo.
- Cuando esto acabe, no te podrás librar de mi tan fácil.- Sonrío cerca de su boca por sus palabras.
- Te aprovechas porque Lucy no esta en casa.- Susurro aun cerca de él.
- Al diablo con mi hermana.- Vuelve a besarme pero esta vez con mas pasión y fuerza,
«Deberías esperar Alana... Nunca haz hecho esto.»  Me aconseja mi conciencia, pero ahorita no es momento, que se vaya a aconsejar a alguien más porque no la necesito.
Para cuando me doy cuenta ya estoy en la habitación de Ian, con mucha delicadeza Ian me deposita en su cama pero en ningún momento rompe nuestro contacto.
- Si quieres que me detenga solo...- Pongo un dedo entre sus labios.
- No quiero que lo hagas... Me refiero detenerte, eres mi primer amor, y quiero que seas mi primera vez.- Me sonrojo un poco por esto último que dije, pero bueno, estamos apunto de tener intimidad así que supongo que no importa.
- Nunca has...
- No, y no quiero morir virgen.- Ian ríe lo cual me hace reír a mi.
- Has matado el romance.- Me dice aún cerca de mi, yo bajo mis manos a su camiseta y comienzo a subirla por su torso, muy pronto ya esta en el suelo y tengo aun músculoso Ian frente a mí.
- Ya no hables.- Digo con mi voz ronca por el deseo y vuelvo a besarlo, ahora sus manos están debajo de mi playera, cada caricia es tierna y dulce.
No somos dos persona teniendo sexo, somos dos almas conectadas profundamente, dos almas que no pueden ser separadas.