Capitulo 18

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Supongo que después de haber besado a Ian en el baño de MI habitación debería haber acabado en una noche... Más intensa, sin embargo después de que nos separamos él se fue, yo tomé un baño y al día siguiente seguía manteniendo mi virginidad intacta.

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Ya sabía que esta casa era enorme, pero ayer que bajé por el árbol no me percaté de que el jardín era casi del mismo tamaño del prado, (casi), la única diferencia es que  este parece un campo de entrenamiento, hay obstáculos por todos lados, cuerdas que cuelgan de un techo de concreto, y que están sobre un charco de lodo, supongo que eso pone a prueba la fuerza en los brazos, pero ahora mismo estoy intentando algo "fácil", frente a mi hay blancos unos muy enormes para ser exacta, hay una distancia de 9 o 10 metros.
- Sólo tienes que pararte al frente, visualizar el centro...- Verónica sostiene un cuchillo en su mano derecha, su mano izquierda esta total y completamente estirada al frente para calcular su tiro.- ...Después tomar impulso y... Tirar.- El cuchillo impacta sin un milímetro de error en el centro del blanco ¡vaya puntería!
- ¡Wow!- Exclamo sin poder evitarlo.
- Ahora es tu turno, inténtalo, es fácil, solo recuerda mantener ambos ojos abiertos y antes de tirar soltar el aire de tus pulmones.- Sí claro, fácil, tiene que ser una broma, pero ahora ya ni hay tiempo de hecharme atrás, después de lo de ayer convencí a todos (sí, incluido Ian) que es una buena idea enseñarme defensa personal, con mis dones soy un peligro, pero no voy a querer usarlos todo el tiempo.
- Bien.- Respondo, después tomo uno de los cuchillos de la mesa, me pongo en la misma posición en la que estaba Verónica, a diferencia de ella yo no tengo buen tino con la mano derecha, prefiero la izquierda, así que la que tengo estirada al frente es la derecha.
- ¿De verdad crees que funcione el mecanismo que hicimos?- Pregunto, hoy mientras desayunabamos acordamos que Marcus me enseñaría a canalizar mi energía interna hacia afuera, Ian se encargaría de la defensa personal además de la resistencia y Verónica la puntería, todo esta en un horario, cada minuto lo tendré ocupado, que es lo que pido, no quiero pensar, porque si lo hago me voy a hundir en unos segundos.
- Sí, pero no lo hará si no te concentras, ahora tira, vamos a ver que tanto me tengo que esforzar.- Responde con sarcasmo, de acuerdo, tomo impulso lanzando mi mano izquierda hacia atrás y luego lo suelto, no da en el centro, pero si muy cerca, lo cual me sorprende.
- Aplaudo eso, pero no pienso besar tu trasero hasta que des al centro, y tenemos una mesa completa para que lo intentes.- ¡Fantástico! Pienso para mí, esto no es tan malo, Verónica me agrada, sus comentarios me hacen reír, pero extraño a Kirt y a Jenna, no los he visto desde que mi segunda marca apareció, cuanto a cambiado todo desde ese día.

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Tengo un descanso de 30 minutos después de mi clase de puntería, (que al final no fue un desastre), para hidratarme.
- ¿Qué tal estuvo?- Dice Marcus sonriente mientras se deja caer a mi lado en el sofá negro de la sala.
- No tan malo, según Verónica mi puntería es igual a la de un guardián aprendiz.- Respondo yo sin darle mucha importancia.
- Y... ¿cómo vas?- Sé que se refiere a lo de Shira, porque me lo pregunta como si fuera un cachorrito herido.
- Respirando Marcus, y eso es un gran logro.- Lo miro con cariño, aprecio que se preocupe.
- Uh... Alana afuera hay una mujer, te busca.- Lucy aparece de la nada, pero eso no es importante, ¿quién me busca? Me levanto bruscamente creyendo que tal vez sea Briana, pero no es tan estúpida para venir aquí.
- ¿Ian lo sabe?- pregunto después de unos minutos
- Sí, esta afuera.- Antes de decir más, ya estoy de camino a la puerta principal.

Mi sorpresa es ver a una mujer de cabello castaño y rizado charlando con Ian, Elssa esta aquí, y no viene sola, otras dos mujeres viene con ella, mas o menos de su edad.
- ¿Elssa? ¿qué haces aquí?- Ian me observa cuando me acerco, y se extraña al verme con ropa para deporte.
- He venido a avisarte, tienes que saber.- Dice con un tono de voz apurado.
- ¿Avisarme qué?- Ya basta, no quiero otras malas noticias.
- Tu hermana...
- Ella no es mi hermana.- La corto, no soporto que le de ese título, siempre fue una farsa que le convenía.
- Briana, ella... Esta tratando de desatar una guerra entre demonios y guardianes, personas como tú.- Tiene que ser una broma, Ian respira bruscamente, pero su semblante de seriedad no cambia.
- ¿Cómo lo sabes?- Habla Ian con voz fuerte.
- Hay brujas que practican magia negra, se enteran de lo que sucede en sus dimensiones, la información viene de una fuente confiable, sino no habría venido.- Ian asiente, pero no dice nada mas.
- ¿Qué probabilidades hay de que logre lo que desea?- Esta vez pregunto yo, y no tengo ni idea de como hize para que mi voz saliera así.
- Muchas pequeña, tienes que prepararte para lo peor.- ¿Porqué siempre hago preguntas que hacen que la situación se vea más deprimente?
- Gracias Elssa, tu también deberías cuidarte, si hay guerra...
- Si hay guerra, contarán con el apoyo de la brujas, tú eres el último supremo, y si perdemos a cualquiera el equilibrio de todos los mundos está en riesgo.- No puedo pedirle que haga lo contrario, no puedo decidir por otros, así que solo trato de hacer una sonrisa y la abrazo.
- Gracias.- Le susurro con mi cara perdida en sus espesos rizos.
- Eres idéntica a Nora, le encantaría haberte conocido.- Nora, el nombre de una madre que creía muerta hasta hace poco, y que nunca conocí, a mi también me da curiosidad saber como es.
- ¿Van a quedarse?  Porque pueden dormir aquí.- Comenta Ian con su típica educación, se muestra mezquino con Elssa, pero dudo que no le caiga bien.
- No, sólo pasamos por aquí, Meggy conduce, estaré al tanto de cualquier otra noticia, pero... Mi pequeña Alana, cuidate, tu aura dice que vienen tiempos muy oscuros para ti.

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