Epilogo

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A lo largo de mi historia tuve muchas trabas, desafios y pérdidas, sin embargo nunca dejé de luchar porque creo y estoy segura que la vida es una lucha constante, luchas por lo que amas, por lo que necesitas, por lo quieres aunque no siempre puedas tenerlo, pero de eso se trata, todo funciona como las teclas de un piano. 

Después de viajar por todas las tiendas que encontramos, logré elegir un vestido para el Ritual, según lo que pideron tenían que verse todas mis marcas, ya que es necesario y debía ser blanco, asi que mi vestido es sin tirantes y con una parte faltante en mi estomago, para que se pueda ver mi marca, me llega sobre la rodilla y tiene poco vuelo, me gusta, es sencillo pero elegante, al igual que el peinado que Leilani hizo con mi cabello, ha recogido mi cabello en un moño alto y enmarañado, algunos rizos estan fuera pero ya no se ven rebeldes se ven en el ugar correcto, igual que yo porque por primera vez siento que estoy en donde pertenezco.
Lo que más me costó encontrar fueron unos zapatos que pudiera llevar sin problemas, son de color dorado, no muy altos y la ebilla me rodea el tobillo, las tonalidades de mi maquillaje hacen juego con los zapatos y para completar el atuendo decido usar el collar que me dió Ian.

- Bien, ya quedaste, y justo a tiempo, hay que ir a la Sala de Vitalidad, se hace tarde.- Verónica me apresura, ella y Leilani van muy elgantes, vestidas de gris, como deben ir el resto de los presentes, alla me econtraré con mis amigos y los demás Supremos.

- De acuerdo, espero no olvidar nada de lo que tengo que decir.- Practiqué durante horas las palabras que debo decir mientras realizo el balance, yo estaré a cargo de la energía de la tierra, pues fue el don con el que nací.

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La Sala de la Vitalidad esta en el centro de la dimension y es el corazón de nuestra dimension, mi hogar, en la Sala se encuentran los cuatro elementos, el agua en una laguna en forma de circulo, la tierra en los árboles que rodean el lugar, el fuego en un anillo luminoso sobre nuestras cabezas y el viento, al respirarlo, se siente tanta paz. El resto de los Supremos estan cerca de mí, Greg a mi derecha, de todos es el que más se acerca a mi edad, Emilio a mi izquierda y Teresa frente a mi, el presidente del Consejo nos da la señal para que el Ritual comience, estoy tan nerviosa que me pierdo el discurso del resto de los Supremos, ni siquiera soy capas de ver al público donde estoy segura está Ian, y no quiero distraerme, yo soy la última y cuando llega mi turno suelto las manos de Greg y Emilio que tome al principio, cierro mis ojos y concentro toda mi energía, poco a poco cada una de mis marcas se van iluminando de un tono brillante y aquí es cuando debo comenzar a dar mi discurso, pero no sale ninguna palabra de mi boca, olvidé el discurso. 《Comienza a hablar antes de que te entre el pánico》 me aconseja mi conciencia y eso hago.

- En el pasado hubo muchas pérdidas, muchos errores que nos hicieron perder la fé en los humanos, yo he visto a muchos inmortales, guardianes e incluso humanos con dones que tienen una profunda humanidad, mientras mi energía prevalezca nunca faltaran árboles, flores y hermosos paisajes por admirar, hoy me comprometo a cuidar de ellos y a buscar la humanidad en más personas.- Después de decir eso extiendo mis brazos hacia arriba en donde una pequeño árbol ha nacido, y junto con las llamas de Emilio, el viento de Teresa y las gotas de agua de Greg forman una esfera, que se eleva y después explota, dando energía a todo el mundo.

Las manos me estan sudando, obvio todos se dieron cuenta que olvideñé el discurso, y Antony el tipo encargado de eso junto con Ruffus estan que hechan humo, una vez que todos nos soltamos la Sala estalla en vítores y festejos, aunque el verdadero festejo es en la Sala de Reuniones.

- Has olvidado el discurso, te dije que lo ensayaras.- Me dice Ruffus al mismo tiempo que Antony me asesina con la mirada.

- Lo sé, te dije que no era buena con público mirandome, y siento no...

- Lo que has dicho a inspirado a muchos de los guardianes presentes, han vuelto a encontrar la razón para cuidar de la humanidad.- El presidente del Consejo me esta felicitando, lo que frena la ira de mis dos instructores.

- ¿Todo bien?- Ian interviene, se ve tan sexy con ese traje completamente gris, sus ojos se ven muy dulces.

- Tranquilo Woker, todo perfecto, pero me gustaría hablar con los dos, a solas.- Toda la gente se ha ido a la Sala de reuniones incluidos mis instructores, solo estamos nosotros tres.

- ¿Qué sucede?- Pregunto un tanto nerviosa.

- Verás, hay una regla, que dice que los Supremos deben pernacer aquí por su seguridad.- ¡QUE!

- ¿Ya no puedo volver a casa?- Ian se queda estático en su lugar, y yo siento que todo se derrumba a mi alrededor.

- Originalmente diría que no, pero voy a revocar esa regla, no puedo alejarlos de sus hogares, aunque aquí tendrán unos siempre que lo necesiten, espero ver en práctica nuevamente tus dones Alana.

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La fiesta continua, pero Ian me ha sacado de ahí, y me llevó al mirador cercano, hay silencio, paz y una vista espectacular, nunca habia visto un cielo tan lleno de estrellas.

- Por poco y te pedía que me secuestraras.- Comento en broma por lo que nos dijo el presidente del Consejo.

- Mm... Lo habria hecho sin pensarlo.- Responde rodeando mi cintura por detras.

- Cuando volvamos a casa, todo será diferente.

- No, no realmente, de hecho todo será mejor, estaremos juntos, irás a la escuela, tendremos una vida normal, una eterna vida normal, y cuando termines el Instituto coy a llevarte a recorrer el mundo.

- ¿Es una promesa?- Me giro y rodeo su cuello con mis brazos.

- Es un juramento.- Y luego sus labios sellan los míos en un profundo beso.

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Nunca desee una eternidad, y ahora la tengo, voy a aprovecharla, y viviré mi felicidad, cada uno de nosotros tiene su propia eternidad, no importa que unas duren más que otras, lo importante es vivirlas, y siempre habrá alguien que te recuerde, porque eres importante y tienes que aprender a amarte en tu eternidad.

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