Capitulo 9

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    Mi respiración es trabajosa por el sueño recurrente que he tenido y cuando abro los ojos estoy en mi habitación, Ian entra a mi recamara con una mesita de madera en donde lleva mi desayuno, creo, al principio me sonríe pero cuando ve mi expresión que estoy segura que es de terror mal disimulado su mirada se oscurece y se convierte en una llena de preocupación.
- ¿Qué pasa?¿Todo está bien?- Se acerca a mi cama y deja la mesita con mi desayuno sobre el buró.
- No, nada esta bien, el sueño... Se hará realidad, estoy segura.- Le digo exaltada aún, y aunque parezca increíble sigo sintiendo el frío que hace en el sueño penetrando en mis huesos.
- ¿Qué? ¿Que sueño?- Recuerdo que no le conté cuando lo tuve por primera vez y que con lo que ha pasado lo olvidé. Cierro los ojos y respiro profundo para calmarme y poder contarle todo.
- El primer día en el que me llevaste a usar mi don, yo estaba soñando cuando tu entraste y lo interrumpiste, todo lo que veo mientras duermo se hace real, antes no me preocupaba tanto porque eran solo imágenes o sueños sin sentido además de que no aparecía yo, pero en este... Soy la única persona que está, estoy corriendo, huyendo de algo o alguien y tengo mucho miedo, después me caigo y alguien me sostiene y cuando estoy apunto de verle el rostro abro los ojos y es tan... Frustrante.- El hermoso rostro de Ian se palidece, y se que tengo razón en estar preocupada.
- Esto no esta bien, nada bien.- Y se que no lo dice para mi sino para si mismo.
- ¿Qué quiere decir eso?, se que es malo y también se que sucederá pero no tiene sentido.- Ian se levanta de la cama y camina de un lado a otro en mi habitación, se que esta pensando en que decirme y como ayudarme.
- ¿Porqué no me lo dijiste antes Alana?
- Bueno cuando lo soñé te lo iba a decir en el bosque pero llegaron los demonios y ya no pude, al día siguiente desapareciste y después paso lo de la voz en mi cabeza, en fin... Lo olvide, lo siento.- Cierra sus ojos como si sopesar lo que le he dicho y cuando los habré se que tiene miedo, miedo de que algo malo me suceda.
- Ok, escucha, no puedo mentirte, lo que viste no son sueños, son visiones, que van acompañadas de tu don así que por más que lo queramos evitar no podremos hacerlo, solo queda afrontarlo.- Dice en tono autoritario pero tierno, y su mirada es igual de dulce.
- ¿Afrontarlo? ¿¡Cómo carajos quieres que enfrente algo que ni siquiera sé cuándo va a suceder?!-  Habré mucho los ojos por mi reacción, incluso yo estoy sorprendida, pero no me pude controlar, estoy bajo mucha presión.
- Lo siento, no quería gritarte, es solo que...
- Lose y te entiendo, pero no te preocupes, tu don se ha hecho más... Fuerte y lo hace día a día así que si es importante lo que va a suceder tus otros dones te dirán la fecha exacta y el tiempo que tenemos para prepararte.- ¿Prepararme? Dios esto es tan confuso, pero confio en Ian y voy a dejar que el me guíe.
- Bien, entonces tengo que esperar, ok, puedo con eso, ahora solo tenemos una cosa que arreglar, necesito controlar lo que entra en mi cabeza.- El sonríe y se que a regresado su buen humor.
- Bien, ya lo arreglé, te llevaré a la escuela y después al bosque, practicaremos con tu don, y te contaré como voy a ayudarte, pero primero tienes que desayunar.
- De acuerdo, oye ¿cómo es que me has traído el desayuno?
- Bueno, tu tía salió al trabajo temprano y tu hermana también, dejo una nota para ti en la cocina.- ¿Briana salió? Vaya aun es temprano son las 6 en punto no creo que aya ido a la escuela.

     Después de terminar los deliciosos huevos revueltos que me preparó Ian, lo corrí de mi habitación para poder bañarme y vestirme sin que el estuviera fisgoneando. Aun no termina el verano y sigue haciendo un calor para morirse así que me pongo una falda de tablas arriba de la rodilla color vino, una blusa que deja ver mi ombligo color blanca y mis converse a juego. No quiero usar una mascada hoy y mi cabello no esta tan mal así que me hago una trenza por mi lado derecho procurando que la marca no se vea y algunos rizos rebeldes se salen, veo mi reflejo y estoy pálida pero ya no es anormal y a mi parecer estoy presentable.
- Estoy lista, ya podemos irnos.- Le digo a Ian que esta sentado en los sillones de la sala, con la mirada perdida, siempre tiene esa mirada cuando esta pensando, pero no quiero entrometerme, al menos no por ahora.
- Estas hermosa, tus ojos tiene un brillo tierno por la mañana, me gustaría verlos toda la eternidad.- Me sonrojo por su comentario pero extrañamente me hace sentir bien. Le sonrió abiertamente.
- Bien pues si quieres verlos eternamente los dos nos tenemos que esforzar.- Asiente y salimos de casa, esta estacionado el coche de mi vecina Paloma al otro lado y cruzando la calle esta un coche convertible color negro, pero no veo por ningún lado su motocicleta.
- ¿Dónde esta tu motocicleta?- Le pregunto completamente desconcertada.
- Cambie de vehículo, te llevaré en coche.- Responde a mi pregunta señalando el convertible negro. Sí, subo a coches a menos que sea necesario pero no puedo hacerlo ahora, no, no lo haré, no me subiré al coche, pero ¿cómo se lo explico a Ian?.
- Emmm...  Yo no...  No puedo subirme al coche, yo...  Lo siento.
- ¿Porqué? ¿No te gusta?- Veo en su mirada que esta desconcertado.
- No es eso es, lindo, es solo que, mi padre murió en uno y me da... Miedo subirme a ellos, solo lo hago cuando es necesario y créeme no son buenas experiencias.- Por su rostro pasa la compresión y después algo mas oscuro como culpa pero la esconde inmediatamente.
- ¿Te importaría si caminamos? No es tarde, y si nos vamos ahora llegaremos a tiempo.- Lo piensa un poco y sonríe, ¡oh Dios! Como adoro su sonrisa.
- Mmm... Caminar quiere decir que pasaré más tiempo contigo, pues entonces caminemos Alana.
- Bueno antes de que comencemos espero que llegue temprano a casa porque necesitaré una ducha.- Ian suelta una risita, me quita mi mochila y camina muy pegado a mi hasta el instituto.

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