The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍAS

17. Al fondo de la biblioteca.

17 | Al fondo de la biblioteca.

Parpadeo e intento volver a concentrarme. Es el lugar y el momento perfecto. La biblioteca está silenciosa, casi vacía, no hay gente a mi alrededor. Suelto un bufido, volviendo a enderezarme y leo la consigna de mi ensayo por quinta vez en los últimos dos minutos. Tengo que escribir sobre algún tema que me interese que pueda ser debatido en clase. Normalmente no estaría tirándome de los pelos por este trabajo, menos cuando nos dieron tanto tiempo para hacerlo. La razón por la que estoy intentando mi mejor esfuerzo es porque mi estadía aquí está monitoreada desde cerca. No puedo arriesgarme a echarlo a perder todo por un tonto trabajo que va a afectar casi todo el promedio del semestre si no lo hago bien. Everdeen sin dudas es otro nivel de complicado y tengo que empezar a acostumbrarme y seguirle el paso. Lo último que quiero es tener que volver a Portland con Natalie.

 
Tengo una hora libre porque el señor Anderson tiene un resfriado y no pudieron conseguir un sustituto en tiempo. Es por esto que estoy matando tiempo en la biblioteca. A mi alrededor solo hay cinco compañeros de clase. Entre ellos Key, mi enigmático y raro compañero de laboratorio, el cual se niega a socializar conmigo en cualquier término que no sea «pásame hidróxido de sodio» o «Meyer, esa no es la reacción correcta. Si estuviera bien hecho, el bromo debería haberse decolorado. No pasó nada, ugh». Creo que le agrado.

Luego de ellos, la gran biblioteca se encuentra en silencio. Cierro mi computadora, dándome cuenta de que buscar un ensayo del cual copiarme en Internet no va a funcionar. Me levanto de mi asiento en sumo silencio ya que más de uno está concentrado en... lo que sea que estén haciendo y me interno por los estantes llenos de libros. Casualmente, me dirijo a la zona de la biblioteca que nadie en su sano juicio visita por ocio. Son libros viejos y amarillentos, sumamente aburridos. Quizás elija algo relacionado con el medioambiente, eso siempre da de qué hablar.

Observo el gran estante que está organizado alfabéticamente. No busco nada en particular, así que observo con atención los títulos en busca de alguno que me llame la atención. En lo que frunzo el ceño intentando leer y me cuestiono si es que tendría que usar gafas, el estante entero tiembla. Salto del susto y ahogo un grito cuando retrocedo. Dos libros se caen al suelo. Sería demasiado aterrador que uno de esos sea el que estoy buscando. Los alzo, chequeando por mi propia cordura que no sean, y vuelvo a ponerlos en su lugar. Rodeo la estantería para ver qué está pasando del otro lado. Arqueo las cejas con intriga. Una chica de cabello rojo está atrapada contra el estante y el cuerpo de un chico bastante familiar. Se besan como si el mundo fuera a terminarse en dos segundos. Probablemente debería irme. Esto no me incumbe. Pero cuando las manos del chico empiezan a deslizarse por dentro de la falda de la pelirroja, mis pies deciden no moverse. No notan mi presencia. Dudo que lo hagan. Están bastante absortos en sí mismos.

Liam luce muy ocupado con sus manos por debajo de la falda de la chica como para darse cuenta de que estoy a unos cuantos metros. Esa no es su novia, claramente. Me dejaron bastante en claro que Liam no tiene novias. ¿Entonces esto es lo que hace en su tiempo libre? ¿Besarse con chicas de Everdeen en la biblioteca? Cuánta clase. Decido que ya tengo que irme cuando las manos de la chica empiezan a juguetear con el cinturón de Liam. No necesito tanta información. Estoy a punto de irme para seguir buscando el libro cuando una voz a mis espaldas me sorprende.

—¿Quinn? —Me giro sobre mis talones para ver a Tyler. No puedo ocultar mi sorpresa al verlo. La última vez que nos vimos fue en la enfermería. Eso fue hace dos días. Me envió algunos mensajes para chequear sobre cómo estaba, y eso fue todo. Sé que lo que me pasó alteró el ritmo de lo que sea que haya estado sucediendo entre nosotros; sin embargo, no esperaba que me evitara.

Tyler mira por encima de mi hombro y encuentra lo que yo estaba viendo hace apenas instantes. No luce sorprendido. Resopla divertido y niega con la cabeza, como si esto fuera algo que pasa todos los días. Volteo lo suficiente para ver cómo Liam se separó de la chica. Intento que mi mandíbula no toque el suelo cuando me doy cuenta de que la pelirroja es Emily Murph, mi compañera. ¿Cómo no me di cuenta antes? De todas las chicas en las que puedo haber pensado, ella es la última de la lista. Luce bastante inteligente como para dejarse arrastrar al fondo de la biblioteca. Aunque siendo honesta, ¿quién le diría que no? Emily se sonroja. Tyler llega a mi lado y en el movimiento, sus dedos rozan los míos. No debería ponerme incómoda o sentir esa extraña corriente de electricidad entre los dos, pero ahí está.