34. La policía siempre es un lindo detalle.

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34 | La policía siempre es un lindo detalle. 

—¡Sí! —exclama Aggie con emoción apenas Liam termina de hablar. Festeja como si fuera una niña que le dijeron que la van a llevar a una tienda de dulces.

—¿¡Es que te falta el sentido común!? —espeto y empujo a Liam de un codazo, en un intento de que reaccione y comprenda que esta es una mala idea. Muy mala idea. Ya estoy sobre una cuerda floja en Everdeen, que me encuentren haciendo algo ilegal será un adiós definitivo.

—No vamos a hacer nada que deje rastro —responde Liam mirándome como si fuese lo más obvio del mundo—. Simplemente entramos, robamos una copia del examen y nos vamos. Fácil. Nadie sabrá que estuvimos ahí.

Por lo general, Liam tiene sus principios en orden. O al menos eso tengo entendido del poco tiempo en el que pasamos juntos. No es del tipo de chico que se mete en lugares que no corresponde y hace cosas ilegales. ¿O sí?

—¿Sigues teniendo las llaves? —pregunta Nick con total normalidad. Es la primera vez que habla desde que Liam soltó su gran idea. No parece tener ganas de ir, pero tampoco ganas de detenerlo. Está totalmente de acuerdo con el plan de Liam.

—Sí —se alza de hombros.

—¿Por qué demonios tienen las llaves? —inquiero al abrir mi boca con sorpresa.

—Riley —responde Liam—. Hicimos una copia el año pasado. Tyler tiene un juego, yo otro.

—Es una mala idea... —murmuro.

Liam voltea a enfrentarme. Pone sus manos en mis hombros y es cuando me doy cuenta lo tensa que estaba.

—No va a pasar nada, te lo prometo. Ya hicimos esto antes. Y si pasa algo, diré que te secuestré y te obligué a hacer todo. No van a expulsarte —me asegura mirándome a los ojos.

—Porque un cargo por secuestro es mucho más ligero —bufa Nick en un tono sarcástico.

—Cállate —le dice Liam sin dejar de mirarme—. Puedes quedarte, si quieres, pero... te pierdes toda la diversión.

Suspiro.

—Si nos atrapan, no pienso caer por esto —le hago prometer. Liam asiente, satisfecho con la respuesta.

—Hagamos esto —anuncia Aggie, estira una sonrisa maliciosa y sé que no hay vuelta atrás.

***

Liam estaciona su auto lejos de Everdeen. Tenemos que caminar un poco para llegar, pero mejor eso a que alguien se pare a preguntar por qué hay un auto estacionado justo al frente tan tarde por la noche. El edificio se puede ver con claridad gracias a las grandes luces blancas que lo rodean. Todos salen del auto y una oleada de nervios me recorre el cuerpo. ¿Liam es capaz de hacer esto con tal de que no repruebe el semestre?

Aferro mi celular a mi mano y salgo del auto. Un viento fresco me recibe afuera. Maldigo en voz baja al darme cuenta de que no traje ningún abrigo y, bueno, estamos en diciembre. La ciudad es generalmente calurosa, por lo que apenas tengo que ponerme una sudadera para los días de frío. No como en Portland.

—¿De verdad? ¿Tienes frío? —Liam se acerca a mí como si me hubiera leído la mente.

Frota sus manos en mis brazos para darme algo de calor. Se aleja un paso y se quita la sudadera que tiene puesta, es de color negro y el nombre de la marca en blanco justo en el centro. Queda con una simple remera color negro.

Extiende con su mano la prenda.

—No hace frío —espeto al percatarme de que, si me da su sudadera, será él quien pasará frío y por mi culpa. Me cruzo de brazos.

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora