13. El plan de los chicos.

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13 | El plan de los chicos

—Se acabó —digo de repente.

Nick, quien está comiendo en envidiable paz su sándwich, se atraganta al oírme hablar. Tose varias veces y me siento un poquito culpable. Tyler palmea su espalda con rapidez hasta que puede respirar con normalidad; acto seguido, murmura «dramático» entre dientes.

—Lo siento —confieso algo apenada—. Quise decir que quiero terminar esto con Stefan ya.

—Pero... ¿Quieres dejarlo como está o terminar lo que empezaste? —me pregunta Tyler, dándole justo en el clavo con mi dilema.

Observo por la ventana de la cafetería. Se puede ver la playa, la cual nunca me gustó del todo. Supongo que se debe a de donde soy. No tenía muchas chances de ir a la playa, y no tengo ganas de ir. Estoy en Miami hace casi un mes y todavía no fui. Debería. Es interesante y tiene una belleza única. Le presto atención al océano, en un vaivén constante, no parece descansar nunca. Al igual que este lugar.

Roll Over es la cafetería de moda del momento, eso quiere decir, infestado de gente las veinticuatro horas hasta el próximo mes cuando la moda cambie. Pero mientras tanto, nos juntamos aquí porque si estos chicos son buenos en algo es en crear tendencias. Esta vez estoy junto a Tyler y Nick. Ambos están sentados en frente de mí, disfrutando de su comida, completamente inadvertidos del grupo de chicas de la mesa de al lado que lleva mirándolos todo este tiempo. No tiene sentido mentir. Los dos roban suspiros y miradas. Si no los conociera, probablemente estaría junto a ellas observándolos desde lejos. Vinimos a este lugar con dos simples propósitos. Divertirnos y comer. No obstante, ellos no sabían de mi tercer propósito hasta ahora. Hablar de terminar de una vez por todas el juego que llevo con Stefan. ¿Razón? Hay dos. Una que no quiero admitir y la otra que uso como excusa. La que no quiero admitir es que Stefan me da un poco de pena. Y la pública es la siguiente:

—Sé que hizo cosas terribles. Tiene que pagar, sí —asiento—. Pero considero que ya está todo listo para que lo terminemos. No quiero seguir arrastrando esto.

—Yo traduzco eso a «Estoy ansiosa por vengarme de Stefan Fleming». —Nick me guiña un ojo y come su sándwich con cuidado.

Pongo mis ojos en blanco.

—Es difícil —espeto.

—No, no lo es —Nick sigue defendiendo su argumento.

Lo miro con ojos entrecerrados. Él me devuelve la misma mirada.

—Entendemos que ya estés harta de Stefan, puede ser muy molesto... —Tyler juega con su bebida.

—No entiendo, ¿no eran amigos? —pregunto haciéndome un rollo en la cabeza mientras recuerdo el día en el que nos conocimos, fuimos a comer hamburguesas y al salir nos encontramos con lo que luego sería uno de mis primeros problemas.

Nick se aclara su garganta antes de hablar.

—Honestamente, nunca fuimos tan cercanos con Stefan. Era amigo de todos y simplemente lo soportábamos porque siempre se llevó bien con Riley y luego empezaron a salir. No es sorpresa que sea un imbécil, pero esto... Fue pasar un límite —contesta—. Dejó de ser un imbécil inofensivo.

—Y seguimos actuando como que nos cae bien por más que tenga ganas de golpearlo cada vez que lo veo. —Tyler se alza de hombros—. Estamos esperando que tú cortes ese lazo.

—Wow, sin presiones, ¿eh? —resoplo y luego me enderezo—. Quiero hacerlo lo antes posible.

Nick y Tyler intercambian miradas, y se lo dicen todo. Son miradas piadosas, como si tuvieran un plan entre manos y me hace sentir nerviosa. ¿Qué esperar de ellos?

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora