52. Los planes de Quinn.

56.6K 4.3K 1.6K
                                    



52 | Los planes de Quinn

Muevo mis pies, trazando arcos imaginarios en el suelo. Dejo escapar una bocanada de aire y elevo la cabeza. Busco con la mirada a Liam entre las personas que abandonan el club de campo para continuar sus noches en las comodidades de sus mansiones. Llevo media hora esperándolo. Cierro mis ojos con fuerzas y me recuerdo que tengo que confiar un poco más.

Según mi celular, es la una de la mañana, pero siento que estoy acá hace años. El evento fue tedioso. Lo único que logró animarme fue Seth con sus estupideces y de vez en cuando mis hermanos. Fue tan cansador y frustrante que la noche solo empeoró cuando apareció el invitado de honor.

Hablando de Liam, casi no tuve oportunidades de verlo. Estaba siempre al lado de Malcolm Hamilton, su padre, un hombre que te intimida con tan solo hacer contacto visual.

Y por último, pero no menos importante e irritable, Winter Dunne. La chica que cree que podrá casarse con Liam y formar una familia perfecta. Tan solo recordarla hace que un odio predecible nazca en mí. No considero que sean celos, puesto a que sé que Liam y ella nunca pasarán. Simplemente la odio, odio la pareja y odio no estar a su lado.

Intento llamarlo y como las otras tres veces, me envía al contestador.

Pasan otros quince minutos y Liam sigue sin aparecer. Decido hacer algo, en vez de estar parada en la entrada como una estúpida. Los del valet ya están cuchicheando cosas entre ellos, probablemente haciendo toda una historia de porque estoy sola hace cuarenta minutos, estática en el mismo lugar. Giro sobre mis talones y hago mi camino hacia el salón. Ya casi no queda nadie y no me cuesta escanear con la mirada a todos los presentes. No hay rastro de Liam. O de su padre.

Bajo la mirada y regreso afuera. Hora de enfrentar los hechos. Liam me dejó plantada tras prometerme que me llevaría porque quería hablar conmigo. Sorprendentemente, no me siento enojada. Agoté definitivamente toda mi paciencia. Y siento que cada vez me estoy decepcionando más cuando se trata de Liam.

No quiero molestar a mis hermanos o a Seth, ellos se fueron hace rato. Sin más remedio, y con el dinero contado en mi pequeño bolso de mano, salgo del hotel y me subo a un taxi. Esto ya me supera.

***

Al día siguiente, soy —para sorpresa de todos y mía— la primera en despertarme. Son algo así como las diez de la mañana y es domingo, el último día de la semana en el que no sé si llorar o reír. Me levanto en silencio, a diferencia de como lo hacen todos los días Seth y Rick. Mi estómago ruge de hambre así que, en la cocina, después de lavar los pocos platos que quedaron de ayer, me preparo el desayuno.

Me siento en la mesa y justo en ese preciso momento, Nate sale de la habitación de Seth. Está por darme un infarto cuando recuerdo que Seth se fue a dormir a casa de Jess para dejarle su habitación a Nate y Hannah.

—Nate —llamo a mi hermano quien se dirige al baño. Salta del susto y gira a verme.

—Quinn, mierda —habla y deja escapar una bocanada de aire—. Me asustaste. ¿Qué haces despierta tan temprano?

—¿Me acompañas a desayunar? —le pregunto. A diferencia de Rick, no veo a Nate casi nunca. Él vive en Atlanta y eso lo hace difícil. Lo extraño siempre y ahora está aquí. Lo siento por Hannah, pero el lugar de mujer favorita en su vida ya está ocupado hace mucho tiempo por mí.

—Sí —responde—. Deja que vaya al baño y me preparo algo.

Asiento y vuelvo mi vista a los apuntes de Química que me traje para estudiar ya que tengo un examen el martes. Para mi asombro, mis notas en Química no están tan mal como predecía.

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora