27. Promesas que no van a cumplirse.

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27 | Promesas que no van a cumplirse.


Busco a Liam con la mirada, con necesidad de encontrarlo. No por estar con él, su compañía en definitiva no es de las mejores, sino porque me siento sola y perdida, y supuestamente vinimos juntos.

No puedo verlo entre la multitud de gente, pero para mi desgracia, me encuentra alguien más.

—¡Quinn! —exclama Scott al acercarse con una copa de champagne en la mano. Noto en sus ojos lo achispado que va por la bebida—. Por un momento pensé que no habías venido. Hamilton puede ser muy persuasivo.

Pongo mis ojos en blanco.

—¿Todo en orden? —le pregunto.

—Eso creo. Marine debe estar buscándome. —Da una rápida mirada a su alrededor, como tal persona que intenta esconderse de alguien. Es patético.

—¿Marine?

—Cierto, nunca te dije su nombre. Mi prometida, Marine Oppal. Pronto Marine Van Lexer y toda esa mierda —habla sin siquiera mirarme y moviendo su mano para restarle importancia. Solo puedo pensar en que espero nunca terminar así. Que nunca mi prometido hable así de mí con otras personas.

—¿La que es tu amiga?

—Y a la que me veo forzado a estar atado toda mi vida. —Le da un trago largo a su copa—. Soy un alma libre, Quinn. No puedo estar atado.

Huh. La primera vez que me habló de ella estaba demasiado conforme con casarse, y de repente, hoy no.

—Lo que digas, campeón —murmuro palmeando su hombro.

No pasan siquiera dos segundos hasta que alguien irrumpe nuestra conversación.

—¡Acá estás, Scottie! —una voz chillona se filtra en lo más profundo de mis oídos.

Giro mi cabeza para observar al mal tercio. Es una chica hermosa de grandes ojos marrones. Su piel morena es perfecta y las pecas adornan sus mejillas. Lleva un maquillaje casi inexistente y su cabello recogido en una coleta alta. Su vestido es color violeta y largo, y luce su figura esbelta. Sus curvas son impresionantes.

—Hola, Marine —saluda Scott rodando sus ojos—. Quinn, te presento a Marine Oppal, Mar conoce a Quinn Meyer, hija de Natalie Meyer, amiga de mamá.

Parpadeo sorprendida. ¿Por qué es tan malo con ella? Ni que Marine tuviese la culpa de la situación. ¿No es que son amigos? Si así trata a sus amigos, no quiero saber cómo trata a sus enemigos.

—Oh —dice como si mi nombre sonara de algún lado—. ¿Natalie Meyer la que está...?

—¿Qué quieres, Marine? —interrumpe Scott sonando aburrido—. La estaba pasando tan bien sin ti.

Abro mis ojos grandes ante su audacia. Este chico es increíble de la peor manera posible.

El rostro de Marine se torna rojo de la humillación.

Tengo ganas de contestarle a Scott con el comentario más hiriente posible. Sin embargo, no lo hago. No por la bondad de mi corazón, pero porque tengo el presentimiento de que unas cuantas palabras no van a dolerle a Scott. No, necesita algo peor.

A pesar de lo que le dijo, Marine trata de no inmutarse.

—Quinn, ¿te molestaría hablar conmigo un segundo? —su pregunta me sorprende. ¿Conmigo? Le doy una fugaz mirada a Scott, que parece no importarle qué está sucediendo mientras que su prometida esté lejos.

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora