Existen ocasiones en las que me encuentro en un punto sin retorno en el que choco contra una pared y no puedo retroceder, porque detrás de mí no hay salida.
Me miro en el espejo y siento que no soy yo, el sombrerero loco diría que "he perdido mi muchedad"
¿Como he llegado a este punto? ¿Como ha cambiado tanto el papel en nuestras vidas? Se suponía que era yo el yīn y tu, la parte de luz. Dime. ¿Cuando el yang se ha teñido de negro?
Tú eras algo inesperado, algo nuevo y brillante que me hacía ver el atardecer después de tantos años de ceguera, y a día de hoy no hay infierno que más duela que la tortura de los alfileres de tu orgullo, que me clavas en la piel.
¿Cuanto aguantaré hasta desangrarme? Ni yo misma lo sé.