Yo no era tu fan pero me hiciste conocerlo más, me hiciste verlo bailar y gritar, me hiciste verlo cantar y desde entonces pienso que eres increíble y que me gustaría ser como tú, me gustaría verlo bailar y gritar a pleno pulmón tus frases. Una. Y otra. Y otra vez. Me hace estupida e inmensamente feliz cuando está así, con esa sonrisa y esos ojos llenos de estrellas que brillan más que nunca.
Porque tú has sabido demostrarme que el mejor año es 1999 y que somos dos histéricos en el mundo con peleas de taxi, has sabido describir que soy capaz de decirle miles de cosas pero solo cuando no me ve.
La prueba está aquí. Te escribo. Solo para que comprendas lo feliz que le haces al existir. Y lo feliz que me haces en este preciso momento a mí. Si lo vieras con mis ojos comprenderías muchas cosas que a simple vista no se ven.
¿Te cuento un secreto? Qué suerte tenerle y que lo haga tan fácil, que suerte que del 100% de nuestro orgullo, el 70% se lo acabe quitando él, porque piensa en los dos, porque me quiere y sé que es real. Qué suerte que consiga que todo fluya tan bien. Siento copiarte, pero tú lo describes a la perfección.
¿Sabes? Yo no era tu fan, pero lo he visto sonreír, cerrar los ojos, escucharte, cantarme tus canciones y créeme cuando te digo que aún recuerdo su voz en mi oído y me siento viva, dejándome llevar por el huracán que suponían sus manos mientras te citaba. Yo no era tu fan pero conseguiste convertirme. Yo no era tu fan y he caído en vuestra trampa.
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NOTA: Quizás no guste demasiado pero es algo que debía estar aquí.
