No te preocupes, llora todo lo que quieras, llorar dicen que no es malo. Sé como te sientes, abandonada, sientes que las horas pesan como años y que las agujas del reloj no ayudan a superar tu dolor.
Pero todo pasa.
Dicen que el tiempo pone a cada cual en su lugar y que el espacio hace que se olviden todos los males. Ahora mismo querrás un espacio de mil universos, estoy segura de ello, pero el tiempo es el único que ajusta cuentas y el espacio no importa cuando alguien se a metido en lo más profundo de ti. Olvidar no es un camino fácil. Créeme que perdonar tampoco, pero debes de hacerlo para dejarlo ir, para que tu vida vuelva a tomar un rumbo, un nuevo camino, mejor y con un terreno más estable.
Asume que no te quiere a su lado, si te quisiera, si realmente pensara en ti, la puerta de tu casa hubiese sonado horas después de su despedida, y no fue así. Si realmente le importara tu dolor, te hubiese agarrado bien la mano antes de soltarla. Y te soltó. Y la puerta de tu casa no va a sonar ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Tus reproches no servirán de nada, porque siempre, en su cabeza sonará mejor que él es el héroe y tu ni siquiera serás la princesa, solamente la plebeya a la que el caballero decidió salvar una noche. Y tú, como una tonta enamorada, que lo sigue y lo persigue. Solo la tonta que estorba en su vida.
Deja de buscarle, no merece la pena.
Jamás comprenderá lo que sientes, ni tus celos, ni tus pataletas, ni siquiera cuando intentes realmente tratarlo bien. Jamás aceptará que eres tu la que corre detrás de él, que si esa relación estaba ahí, es porque tu te empeñabas en quererlo, en tenerlo a tu lado. Nunca entenderá que eso a lo que llama "celos insanos" le corresponden a él, a las veces que te ha hecho sentir insegura y para ello, no hace falta que bese a otra o mire a otra, para ello solo hace falta el poco respeto que ha podido tenerte.
Déjalo y haz tu vida, una vida con alguien que te haga feliz, que te haga reír, que no te deje llorar, estoy segura de que esa persona existe. Te lo mereces, te mereces algo que te haga sonreír todos los días, alguien con quien dar los buenos días no sea una obligación, quien aguante tus manías y tus prontos, incluso tu mal carácter.
Tú te mereces a alguien mucho mejor.