Y él, con sus manías, con su razón innecesaria, con esas ganas de que sea perfecta cuando, para mí, prefiere perderse en imperfección, y tal es la cuestión que a veces cansa arreglar un mundo hubdido por guerra nuclear, a veces harta colocar la piedra que cada nuevo día se cae. A veces cansa ser la heroina, a veces, quiero estar en segundo plano mientras arreglan el desastre por mi. Que a veces soy yo la que quiere que la sigan, la que quiere que la admiren por ese "par de" que le echa al asunto.
"Que las sirenas no lloran" me han gritado y yo me convencí, no pertenecía a ese reino, porque de ser así, yo he hecho crecer el nivel del ártico, porque he sido yo la causante de la emigración de cada glacial,que se instaló en mi corazón, y ya no hay manera de llevarlos de vuelta.
"Te quiero más de lo que te imaginas" me decía ¿qué demonios debo imaginar? Porque a veces ya no me atrevo ni a eso.
No hay claveles que sobrevivan en el polo norte, ni existen primaveras que puedan soportar. Eso sólo ocurre en mundos a parte. A veces hay flores que hay que cuidar. No hay lugar en el mundo donde esconder mis cicatrices ¿o debería de decir las suyas? Porque han sido hechas en mi por él.
"Que las reinas sonríen" me decían mientras intentaban arreglar su desastre, si bueno, quizás me han destronado.