La verdad, jamás pensé en las maravillas que existían en el mundo en el que vivía hasta que apareciste tú y teñiste cada amanecer de mi vida de tonos naranjas y rosas. Hasta que apareciste tú y los mares se volvieron increíbles junto a ti.
Jamás pensé que mi alma pudiese hablar de otra cosa que no fuese el desamor, que no fuese de mil cartas dedicadas al suicidio y de mil historias con finales trágicos. Y aquí estoy, escribiendo sobre el amor, otra vez, como si el amor estuviese hecho a nuestra medida.
Dime ¿como es ese truco que haces? Ese en el que sonríes y siento que las chispas de mis ojos me van a dejar ciega de tanta felicidad que desprenden. Dime ¿cuál es el secreto? Ese que guardas bajo tu mirada y que me hace sentir incómodamente feliz. Y egoísta, porque desde que estás en mi mareas continuas solo quiero que me mires a mí.
Y es que hoy por ti he aprendido a soñar, por ti, que pudiste escoger entre miles de universos y acabaste justo en el mismo en el que vivo yo. Por ti, que tenias más sirenas a las que poder mirar, y volviste la vista hacia mi.