La verdad es que echo de menos tantas cosas que a veces duele cuando las recuerdo. Por ejemplo, echo de menos tus manos en mi cintura mientras dormimos y esos buenos días tan dulces que me hacen querer comerme el mundo. ¿Cuánto hace que no me das las buenas noches en la misma cama?
Echo en falta las sonrisas y las risas inundando la habitación mientras intentas hacer magia con mi camisa, mientras en la televisión hay una película de esas que tanto te encantan. Echo de menos tu paciencia en mis días malos, tus abrazos cuando no sé lo que me pasa y tus caricias si elevó la voz.
Extraño tu perfume, tus "vaya chiste más malo" si intento hacerte reír y las peleas en el sofá cuando me empeño en hacerte cosquillas, aún recuerdo tus puntos débiles. Extraño mi nariz en tu garganta, nuestras piernas enredadas y tus caricias en mi espalda.
¡Joder, te extraño tanto que hasta dejaría que me hicieses nudos en el pelo!