A día de hoy no comprendo esa manía tuya de mirarte en el espejo y sentirte horrible, solo porque una chica tenga mejores piernas que tú, el cabello más largo o el abdomen más plano. A día de hoy no entiendo que tienen de malo tus labios o el color de tus ojos si aquello que importa se esconde detrás de una sonrisa y en las chispas de felicidad que irradias por tu iris cuando sueñas.
Que más dará si vistes con seda o si por el contrario usas lino, si en verano enseñas más o estás más sexy con esos pantalones cortos de chandal que te quedan tan bien. Que más da tu maquillaje, ese que te acabaras quitando, ese sin el cual estás más guapa. Que más dan unos tacones o tus centímetros de menos, si llevas el pelo perfectamente ondulado o en un moño medio deshecho, ese al que llaman "tipo informal". Que más da todo. Siempre te van a pedir más.
Y mírate, eres preciosa cuando te levantas y aún no te has peinado. Eres preciosa en los domingos de sofá y pijama. Mírate y piénsalo así, el se enamoró de ti cuando te vio con tu cara triste y se desvive por verte sonreír. Que más dan tus estrías si el que te ve, te mira preciosa con la ropa en el suelo, con tus marcas en la piel. Piénsalo así.
Y tu, pequeño universo en potencia, destacas más que por un cuerpo monumental, destacas por tu inteligencia emocional, por tu don de hacer sentir a los demás. Recuerda que un cuerpo se marchita, un cuerpo se arruga, recuerda que al final, solo queda la calidad del alma. Y tu. Tú tienes el tipo de alma más cotizada del planeta.
Disfrútalo, disfrútate. Quiérete.
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Dedicado a todas esas chicas que se miran al espejo y ven a la bruja del cuento.
