Y aunque me muera por dentro, aunque el amor y la nostalgia se apoderen de mi corazón y le prendan fuego hasta hacerlo cenizas,
aunque las ganas de verte, escribirte, escucharte, se hagan más fuertes que todos los males que me ha causado tu huracán.No voy a volver jamás.
Porque a quien sufre en un hogar, a veces,no le basta con cambiar de domicilio.
Busca otro continente.Y si el hogar jamás quiso a su huésped.
Tampoco vuelve.
Por ende sé, que tú tampoco volverás.