Tres

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Cuando puso un pie fuera de su departamento sintió que iba a vomitar, o quizás caer de algún edificio.

Sus piernas le temblaban mientras se trasladaba con su yo-yo hacía un edificio de departamentos cercanos, comenzando a correr sobre ellos y saltando para llegar al siguiente.

El fresco de la noche pego directo en su rostro, dejando su nariz fría mientras que su frente sudaba, de nervios quizás.

Se detuvo cuando se dio cuenta el rumbo que estaba tomando, de manera inconsciente se estaba dirigiendo con prisa a la Torre Eiffel, después de tantos que no se había atrevido a estar en la parte más alta, ella había llegado casi a los pies de el gran monumento.

Sus manos temblaron, se sentía como una adolescente. Una risa ligera y nerviosa salió de sus labios, dando un paso hacia atrás para después girar sobre sus talones.

Cuando estaba lista para ir hacia otra dirección, se dio cuenta que en el edificio que se encontraba de frente a donde ella se encontraba, estaba Chat Noir.

Contuvo el aliento al verlo, su cabello rubio estaba claramente más corto, algo despeinado pero sin perder la forma del corte, tenía una barba un poco descuidada de varios días, y sus ojos seguían teniendo ese mismo brillo.

Queria golpearlo para arruinar ese bello rostro.

Pero también quería golpearlo por idiota.

— Ladybug — Pronunció débilmente él, sin quitarle la mirada de encima.

Los años claramente no habían pasado en vano, podía notarlo. Ella no era la misma mujer que había dejado años atrás.

Pero seguía estando hermosa.

Su corazón no dejaba de latir de manera brusca ¿Lo odiaría? ¿Lo entendería?

Tragó saliva al verla saltar de edificio hacia donde se encontraba, corriendo hacia él.

Por un momento pensó que lo primero que recibiría de ella sería un golpe, uno bien merecido.

Pero en su lugar, sintió sus finos brazos rodearlo, hundiendo su rostro en su pecho, abrazándolo de manera casi desesperada, como si tuviera miedo de que desapareciera.

Ella se juró que cuando lo vería le daría la paliza de su vida, que lo alejaría, que le gritaría que volviera de la caja de donde había salido.

Pero verlo ahí, sano y salvo, llamándole, la hizo caer ante él.

— Eres un idiota, un gran idiota — Murmuró aun sin soltarlo.

Él no podía salir de su ensoñación ¿Acaso aquello era real?

Coloco sus brazos alrededor de ella, aprisionándola contra él y colocando su rostro sobre su cabeza, aspirando el aroma de ella.

Comenzó a temblar, nunca había imaginado que algún día podría tenerla así, en sus brazos.

— Pero soy tu idiota —.

— Soy patética, quería colgarte de tu cola en el edificio más alto, pero mírame — Se separó un poco de él, para poder observar su rostro y sonreírle — Estoy molesta, pero feliz de que estés sano y salvo — Una melodiosa risa salió de los labios de ella.

Él puso su mano en su rostro, acariciándolo.

— Estoy aquí, M'lady — Le susurró, sonriéndole ligeramente.

Y ambos supieron en ese momento que los años en definitivamente no habían pasado en vano para ellos de manera física.

Pero sus sentimientos no habían cambiado.

We are back [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora