Dieciséis

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Al escuchar su nombre, lo único que pudo pensar era que estaría en problemas.

《Alguien le había atrapado infragantiPensó mientras contenía la respiración.

― Emma ― Escuchó otra vez su nombre a su espalda.

― ¿Sí? ― Preguntó mientras se giraba sobre sus talones y se encontraba con alguien que conocía ― ¡Adrien! Oh, no ― Gruño por lo bajo, seguramente le diría a su madre.

Y por todo lo ocurrido, estaba segura que terminaría explotando.

Él observó cada uno de sus pequeños pucheros y el movimiento nervioso que hacían sus manos.

Dio una mirada rápida hacia los lados, confirmando que ella se encontraba sola. Arqueo una ceja, confundido.

― ¿Acaso estás sola? ― Le interrogó mientras se inclinaba hacia ella.

Emma dio un respingo en su lugar, evitando su mirada curiosa.

Adrien era un hombre extraño, sin duda. En ocasiones podía parecer la persona más feliz del mundo pero, en otras, estaba inmerso en la nada.

Por eso le gustaba que ahora su madre le hubiese perdonado, notaba que, cuando ella estaba a su alrededor, aquello no ocurría.

Y había deducido eso en tan solo unos días de conocerle y estar cerca de él.

― Uh, sí, estoy con mis abuelos en la panadería y pedí permiso para venir a ver la estatua ― Estaba mal mentir y eso lo sabía bien, pero así podría ganar algunos minutos.

E incluso podría averiguar algo de parte de Adrien, él había sido compañero de clase de su madre, y en algún momento pudo haber visto a ambos interactuar.

Quizás le contaría lo que su madre no hizo.

Aunque, tampoco era su culpa. Ella nunca había mostrado un interés personal en saber más acerca de él, pensaba que era una mascota, así que no le dio importancia.

Pero definitivamente había llamado su atención que fuese un gato, cuando su madre no tenía ninguna fijación en particular por ellos, de hecho, tenía la intuición que los evadía y ahora podía entender la razón.

Quizás su padre era un hombre mitad gato.

Él la observo no muy convencido, ahora el rostro de ella parecía pensativo.

― Vine a ver la estatua de los héroes ― Comentó Emma, señalándolos a ambos ― Quería, bueno, asegurarme de algo― Añadió.

Adrien por su parte soltó una suave risa, Emma siempre trataba de usar palabras que no fuesen de una niña típica de su edad, y eso era fascinante.

Aunque, tampoco es como si tuviese mucho contacto con menores, menos aún ahora.

― También vine a verla ― Adrien hablo, sintiéndose un poco conmovido y sorprendido de la facilidad con la que ella se podía expresar a pesar de su edad.

Esperaba desde el fondo que la niña no tuviera algún tipo de rencor hacia su otra mitad, pero ahora la veía ahí, con un poco de curiosidad en sus ojos.

También, muy dentro del pensó que siempre había algo que lo condujera a Marinette en el pasado, y en esta ocasión no era la excepción, ahora aquel camino también llevaba a Emma.

Una opresión en su pecho fue lo que comenzó a sentir cuando aquel pensamiento pasó por su mente; preguntándose si el destino podía ser así de caprichoso, o de plano le estaba dando una señal divina.

We are back [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora