Veintiseis

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Todos los adultos en la habitación se habían sorprendido por la repentina acción de la menor, que de un momento a otro le había arrebatado de las manos el Miraculous a Queen Bee y, que justo en el preciso instante, habían llegado los padres de la pequeña.

Marinette lo primero que pudo hacer luego de reaccionar y poder reconocer la figura que ahora se encontraba frente a Emma fue salir disparada hacia ella, hincándose para quedar a su altura y tomando sus hombros.

Ambas estaban a los pies de Queen Bee, quien veía la escena completamente desconcertada y en cierto modo, sintiéndose culpable. No entendía que tenía aquello de malo, pero por el ambiente era obvio que nadie deseaba eso.

Adrien por su parte le dirigió una mirada a Jade Turtle, rogándole que hubiese una manera de cambiar aquello y que Emma no fuese envuelta más en todo aquello.

Sin embargo, él solo negó con la cabeza. No podrían quitarle el Miraculous a Emma a la fuerza, la lastimarían si eso fuese así y estaba seguro de que ella no renunciaría por su propia voluntad. Se comenzó a sentir un completo desastre ¿Realmente era el indicado para aquello? Ahora su pequeña sobrina de tan solo seis años se había visto involucrada más de lo que ya se encontraba, causándoles un gran miedo.

― ¡¿Por qué hiciste eso Emma?! ― Exclamó Marinette con un tono de voz entrecortado, intentando entender las acciones de ella, esperando que ella realmente no entendiera las consecuencias de aquello y solo hubiese sido una travesura infantil, pero el silencio que ella le otorgaba y el cómo bajaba la mirada no le otorgaban la respuesta que ella quería ir ― Hija, por favor ― Su mano paso por sus mejillas, limpiando una traicionera lagrima que había derramado.

Adrien se posó a su lado, colocando su mano sobre la de Marinette, intentando darle un soporte.

Aunque, siendo sinceros, él también lo ocupaba.

― Lo siento ― Se disculpó ella e inmediatamente recordó el primer día que entablo conversación con ella, aquel dia donde se había librado de un monumental castigo solo con pedir disculpas ― Quiero ayudarte, a ti, a Chat Noir, al tío Nino, a mi abuelito y a la tía Loé ― Esto último lo dijo observando a la rubia, para después bajar la mirada. Ambos adultos observaron de reojo a la mujer, para después enfocarse nuevamente en su hija ― Soy valiente mamá, yo puedo hacerlo ―.

El pequeño Kwami que se encontraba a un lado de ella descendió hasta quedar posado en su mano, observando a su alrededor con sus ojos que se habían puesto repentinamente acuosos, todo era tan diferente a como recordaba.

Adrien estiró su mano libre hacia Emma, quien lo observó confundido.

― Emma, tú madre y yo hemos cometido muchos errores en el pasado, y definitivamente tú no eres uno de ellos, eres lo más preciado que tenemos ― Le dijo con voz suave, intentando no caer en el pánico que comenzaba a formarse dentro de él ― Déjanos protegerte, entrégame ese Miraculous por favor ―.

Emma se sintió completamente confundida ante las palabras de él, dando unos pequeños brazos hacia atrás y aferrándose al pequeño Kwami azul que parecía que en cualquier momento se pondría a llorar presa de la confusión.

Gabriel al observar todo aquello desde unos metros atrás sintió su corazón encogerse, recordando brevemente cuando él le había exigido el Miraculous del gato a su hijo.

― ¡No! Entiende, la hermosa mujer de la pintura me dijo lo que tenía que saber, yo puedo proteger a mamá, a ti también Adrien ― Marinette observaba atónita el arranque de valentía que Emma se encontraba expresando.

Había tanto en ella que conocía tan bien pero que aun así le asustaba, porque su vida no era normal y ahora su hija se encontraba pasando por peligros inimaginables por no poner orden a todo aquello, por ser alguien débil.

We are back [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora