Doce

5.3K 433 465
                                    


Llevaba fácilmente unos treinta minutos esperando en la acera y ya comenzaba a perder la paciencia.

Se preguntaba si de verdad era tan malo hacerle un favor a ella, o si acaso aquel retraso lo estaba haciendo apropósito, incluso llego a pensar que no se presentaría.

Pero aquel pensamiento lo desecho rápidamente, si bien no lo había llegado a conocer durante sus años en el instituto sabía que era alguien amable, además no era como si ella le hubiese pedido aquel favor directamente, Alix fue quien había servido de mediadora.

Más que mediadora, había sido quien sugirió aquello y prácticamente la había obligado, ya que por lo que supo, Nathaniel había aceptado de buena gana.

― ¿Enserio me hará esperar más? ― Se preguntó a sí misma, mirando su reloj en su muñeca izquierda, haciendo una leve mueca.

Y bueno, ella no le podía decir que no a ella, si Sabrina era su mano derecha, Alix era su mano izquierda, las tres se habían vuelto inseparables en algún punto antes de sus respectivas graduaciones en la universidad.

Por su parte, Alix descubrió gracias a Marinette que Chloé no era como pensaba, era mucho más de lo que aparentaba y al final coincidió en que tenía mucho en común con ella, más de lo que esperaba.

Ambas tenían ese carácter burlón y sarcástico, con tonalidades acidas que no todos podían soportar. Aunque Chloé había madurado, cambiando el aspecto que le limitaba el tener relaciones normales, no solo a una amiga a la cual pisoteaba constantemente aunque la quisiera como a nadie.

Sabrina se convirtió en la voz de la razón para ambas, ella era quien les daba estabilidad.

zun problema con mi alarma y me quedé dormido ― Comentó nervioso, sintiendo los ojos azules de ella escudriñarlo.

Sintió por un momento, que Alix le había mentido, y que Chloé seguía siendo la misma.

Pero no ocurrió nada de las posibles opciones que la vieja Chloé hubiera hecho.

No estaba gritando, tampoco tenía una mirada de demonio.

Solo suspiro resignada, sorprendiendo a Nathaniel.

Realmente estaba molesta, pero enfureció cuando él llegó ante ella ¿Cómo se dignaba a aparecer media hora tarde y llegar con una cabellera perfecta a comparación de la suya?

¡Ella había perdido horas de embellecimiento para llegar a tiempo! Y el aparecía tarde y restregándole en la cara su sedoso cabello rojo.

Estaba notablemente más largo de lo que recordaba, la última vez que había estado frente a frente de él había sido en la graduación de Alix.

Intentó mantener la calma y no externar su enojo.

― Eso es tan tú, siempre en las clases de Química, Historia y, espera, en todas las clases te quedabas dormido ― Le respondió rodando los ojos ― De todas maneras, gracias por aparecer, realmente aprecio tu ayuda ― Finalizó, haciendo una pequeña mueca, como si le fuese un poco difícil decir aquello.

Y, bueno ¡Es que si era difícil! Ella no olvidaba como en varias ocasiones había intentado hacer la vida de cuadritos del hombre que hoy tenía en frente, al punto de ridiculizarlo por mil y un cosas.

Sobretodo que por su culpa había sido Akumatizado.

Había sido una adolescente cruel, desquitando sus propios problemas con sus compañeros.

Y aun no entendía como una buena parte de estos la habían podido perdonar y hacer parte de sus vidas, de su presente.

Nathaniel observó cómo repentinamente sus ojos se habían apartado, mirando a la nada, supo de inmediato que pensaba, no sabía de qué manera actuar.

We are back [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora