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Capítulo 2: "Sensaciones conocidas"

~Pov's Narradora ~

Harry se retiró a su habitación, caminando lentamente, cuidando de no hacer ningún ruido.

A la mañana siguiente Harry despertó un poco mas tarde que de costumbre. Se sentía un poco cansado pero también algo ¿feliz? O tal vez simplemente animado, si animado. Había conocido a alguien que la parecer no estaba tan salido como el resto de los residentes.

Se dirigió al baño, se aseo y se vistió con su horrible bata azul de hospital. Tendió su cama y acabó con todo justo a tiempo cuando el doctor Snape empezaba con sus rondas, entro en la habitación con su típica expresión seria.

-Buenos días Harry, como has despertado hoy?- preguntó el hombre curioso por saber como se hallaba hoy el hijo de quien fue su mejor amiga.

-Extrañamente me siento animado, con ganas de salir a dar un paseo- respondió Harry ofreciéndole un sonrisa, pero no aquella que fingía para que los doctores no le drogaran, sino una sonrisa real; tal vez no la mas grande pero era un inició.

Snape se sintió aliviado, pensado que por fin el hijo de su mejor amiga estaba saliendo adelante, decidió dejarlo ir y luego llamar al pulgoso de Black y su pareja para que supieran las buenas nuevas. Snape hizo los chequeos normales y decidió que si Harry seguía con un progreso tan alentador podría bajarle a la dosis de su medicamento, lo cual sería un gran progreso para su salida de este lugar.  

Harry decidió ir a dar una vuelta por los jardines delanteros del hospital, pues eran los mas hermosos de todo el lugar. Siempre rebosantes de hermosas flores en todos los colores y en todos los tonos, era un lugar bastante tranquilo, hacía mucho que Harry no paseaba por  allí; conocer al extraño y peligroso chico que el hospital escondía lo hacia sentir en paz, como si aquello que le hacia falta desde la muerte de sus padres hubiese vuelto.

Y así paso Harry todo el día, pensado un poco en el misterioso chico y otro tanto en la psicópata que tenía como enfermera. Pero al final sus pensamientos siempre regresaban a aquel chico.

Mas tarde en la noche

Harry después de un día bastante tranquilo se dio un baño y se volvió a poner el pijama rojo que su padrino le había traído para que no tuviera que usar siempre la horrenda bata azul. Luego de todo su proceso de aseo miro ka hora, y descubrió que se hallaba mas ansioso de que creía por que llegara la hora de ir al séptimo piso, no es que no le gustara atender a las instrucciones pero su curiosidad siempre era mas fuerte que cualquier cosa y ahora el sujeto de su interés era el chico confinado en el séptimo piso. Las preguntas no dejaban de rondar su cabeza ¿Por que habrían de tomar todo un piso para un solo paciente? ¿Era mas peligroso que cualquiera de los otros internos? Y la duda que mas atormentaba a Harry ¿Como era posible que sintiera tan familiar a una persona que apenas conoce?

Pasadas las 9 de la noche Harry se aseguro de que no hubiera nadie por el pasillo y muy sigilosamente emprendió su camino al séptimo piso. La noche anterior con el miedo que tenía ni siquiera se percato de que los pasillos del hospital eran tan tétricos así que trato de acelerar el paso y llegar los mas rápido posible.

Al llegar al pasillo contó las puertas, sin recordar cual era. Recordó cuando llego corriendo al pasillo, en que columna se oculta hasta que... ¡Eureka! Tercera puerta a la derecha por donde se hallaban las escaleras.

Se acercó a la puerta a paso vacilante y toco dos veces suavemente.

La puerta se abrió lentamente y por la poca luz que emitía de una lampara de mesa en la habitación por fin pudo ver como lucía aquel chico, Harry trato de mantener la compostura pero no pudo evitar que su mandíbula se desencajara al ver por completo el cuerpo de aquel chico.

~POV's Harry~

Hasta con un costal de papas se vería bien, esa camisa blanca manga larga con cuello redondo le quedaba de muerte y la manera en como le caían esos pantalones grises.

-Deberías tomar una foto, dura más- me dijo al darse cuenta de que no me movería de la entrada.

Al instante sentí mis mejillas arder para luego ver como una sonrisa de lado se asomaba por sus labios y al verla juro que él podría enviarme a acabar con un país entero y lo haría solo por esa pequeña sonrisa.

Se hizo a un lado, salí de mi trance para entrar a la habitación y fui directo al lugar donde me senté la noche anterior.