Capítulo 1.

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Merida:
Era un día soleado en la ciudad de New York, estaba en el autobús, tuve que salir de la universidad antes de mi hora de salida, momentos antes mi madre me había llamado y era urgente que llegara a casa lo más pronto posible, lamentablemente en una ciudad como esta no puedes llegar a tiempo a tu destino, el tráfico era horrible, venia un bebé llorando a mi lado porque su madre no quiso comprarle algo, venia algo irritada así que tenía un cara de pocos amigos. Tenía mucha intriga de saber porque mi madre quería que llegara a casa, estaba preocupada, después de casi una hora llegue a casa, saque mi celular y guarde mis audífonos en la mochila, al entrar a casa estaban llenas de cajas de cartón, mamá guardaba platos de porcelana, marcos de fotos y cosas que podrían romperse con facilidad.

Merida: ¡He llegado!,-cerrando la puerta- ¿Por qué guardas todo?
Julie: Nos vamos de la ciudad...
Merida: ¿¡QUE!? ¿Otra vez? Ni si quiera llevamos un año aquí...
Julie: Relájate. Sé que es un cambio de última hora pero... a tu padre lo ascendieron...
Merida: ¿En dónde?
Julie: A un pueblo de Amsterdam llamado Edam, así que ve a guardar tus cosas... hoy mismo nos vamos...

Realmente estaba molesta pero ¿Qué podía hacer?, subí las escaleras, pase por la habitación de Cris mi hermano mayor, toque la puerta y la abrí antes de que el abriera.

Merdia: ¿Puedes creer que nos mudaremos de casa?
Cris: Si lo sé... Pero, relájate. Es Amsterdam... Fiesta, alcohol, chicas...
Merida: ¿Y?, espera... ¿Nunca se te quito lo mujeriego? Además es un pueblo y no sabes si...
Cris: Meri linda, es una buena oportunidad para papá, Amsterdam es una gran ciudad, nos acoplaremos bien, siempre lo hacemos... Además el pueblo es lindo, te gustara, es muy tu estilo hermanita.

Creo que solo yo era la única que estaba cansada de cambiarse de casa cada vez que papá quisiera, Cris siempre me daba como ese pequeño rayo de esperanza. Salí de la habitación de mi hermano y me dirigí a la mía, saque toda mi ropa del closet y comencé a acomodarla en las maletas, mis libros y novelas en una mochila, los posters y fotografías que tenía pegadas en la pared comencé a quitarlos con delicadeza, los doble y los guarde en una pequeña bolsa de plástico.
Deje mis maletas en la estancia y por lo que vi solo hacían falta las mías, las de mis hermanos estaban ahí, sentí que me tocaron mi espalda baja y cuando volteo estaba mi pequeña hermana.

Sofía: ¿Estas feliz?
Merida: Un poco pequeña... ¿Tu?
Sofía: Sera lo mejor que nos haya pasado... ¡Otra casa!

Sonreí un poco y cargue a Sofía, llego el taxi el cual nos llevaría al aeropuerto Cris subía nuestras maletas y las cajas de cartón al taxi, para ser sincera no estaba lista de dejar New York, extrañaría tanto a mis amigos, por fin había creído que había encontrado mi hogar. Nos subimos al auto y nos dirigimos al aeropuerto.

08:00 PM.

Merida:
El avión despego, mi padre se veía emocionado por el nuevo trabajo que le dieron, mi hermana pequeña estaba mirando por la ventanilla, me coloque mis audífonos para escuchar música mientras me mensajeaba con mis dos mejores amigos.

YA EN AMSTERDAM

Merida:
Después de un viaje tan largo de ocho horas por fin llegamos a la nueva casa, la cual estaba bien para mi gusto, tenía un jardín delantero que era hermoso. Agarre mis cosas y elegí mi nueva habitación, la ventana daba vista a una de las ventanas de la casa de al lado. Me deje caer en la cama y mire al techo sin quitarme los audífonos.

Merida: Nueva casa... Nuevos amigos... Nueva escuela... Nueva vida...

En la mayoría de las veces he hecho esto cuando llego a una nueva casa, después de todo tenía que mantenerme positiva, no podía oponerme a demás, podría ser una aventura nueva. Me he cambiado de casa muchas veces desde que mi padre encontró este trabajo para ser sincera esta es la doceava vez. Cerré mis ojos y no sé en qué momento me quede profundamente dormida.

Amor Universitario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora