Me negué a bajar a cenar. Sentía que no podría mantener la farsa, no hoy. No sé qué me pasa, estoy que no parezco yo. Incluso cogí uno de los amuletos de León para que me diese fuerzas para decirles a todos que no, que no iba a casarme con Thomas. Pero no tuve el valor. Suspiro mientras intento concentrarme en bailar, solo en bailar. La música de retumba a todo volumen en la sala. Pero los ojos infantiles de León siguen apareciéndose detrás de mis párpados, al igual que los ojos de ese chico, tan similares.... Ni siquiera sé cómo aguanté toda la sesión de fotos de pie, con él mirándome. Con esa sensación en las piernas, como si me fuese a caer redonda al suelo de un momento a otro. Resoplo y sigo bailando. Encima, a Thomas no se le ocurre otra cosa mejor que besarme delante de él. ¡Delante de él!«Deja de pensar en eso, déjalo ya». Maldigo la hora en la que este chico se cruzó en mi vida. Todo era tranquilo hasta que él apareció, me hizo recordar mi pasado e hizo que mi mundo se tambaleara.
Doy algunas vueltas y vuelvo a retomar la coreografía. Y mi mano se sumerge en otra más grande. La mano acaricia la mía como si se tratase de seda y lentamente entrelaza sus dedos con los míos. Siento una presencia, un aliento que choca agitado en mi nuca. Ya estoy alucinando otra vez. Suspiro y abro los ojos.
Entonces, los veo. Veo sus ojos y no estoy alucinando esta vez. El chico, el fotógrafo está detrás de mí, muy cerca, sujetándome una mano. Mi corazón comienza a latir apresurado. Quiero soltarme, quiero preguntarle qué es lo que está haciendo. Este es mi lugar, mi santuario, no está permitida la entrada a nadie. En cambio nos quedamos mirándonos fijamente sin decir palabra, hasta que él apoya su mano en mi cadera y comenzamos a movernos cadenciosamente juntos con el ritmo que sale por los altavoces. Me voy a caer al suelo redonda, lo juro. Las piernas me tiemblan como dos flanes. Me embarga un sentimiento extraño... Pero él no me da la oportunidad para caerme, gira mi cuerpo, lo que hace que quedemos frente a frente, y comienza a moverse y a seguirme con el ritmo de la música aún más fuerte. Bailamos como si fuéramos dos bailarines expertos en una compleja coreografía.
¡Sabe bailar! Y lo hace de maravilla. Me siento como si estuviera en una nube. Volando entre ellas, perdida en sus preciosos ojos. Hace que dé unas cuantas vueltas hasta que me arrima a él y junta su cabeza con la mía, mientras suenan las últimas notas de la canción y finalmente se extinguen. Ambos respiramos agitados por el esfuerzo, mirándonos fijamente con nuestras frentes unidas.
—¿Por qué haces esto? —le pregunto casi sin aliento.
—Te lo prometí —susurra.
No entiendo nada. ¿Me lo prometió?
Baja sus ojos de los míos y posa su mirada en mi boca. Siento mis mejillas arder y mi corazón detenerse. Pega aún con más fuerza su frente a mi cara y cierra los ojos, suspirando. ¡No será capaz de hacer lo que creo que va a hacer! Soy incapaz de quitarme, su calor es tan agradable...
Un carraspeo procedente de la puerta hace que nos separemos como si nos hubiesen dado una descarga eléctrica. Me llevo el pelo hacia atrás e inspiro todo el aire fresco posible. En la puerta está Thomas. Genial.
Miro al chico que está inmóvil con la mandíbula apretada. Quizás arrepintiéndose de esto.
—Thom —susurro recuperando el aliento y tragando saliva—. ¿No te habías marchado?
Él me mantiene la mirada. Está furioso, lo puedo notar. Y no me podría importar menos.
—Olvidé decirte algo. —Mira al chico—. Pero veo que estás ocupada.
—No, no lo estoy.
—Sí, sí que lo estás —me contesta orgulloso para enfadarme aún más. Pues lo ha conseguido—. Ven a verme cuando empieces a comportarte como una mujer prometida.
![](https://img.wattpad.com/cover/105338937-288-k24527.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El amuleto León Goretzka
FanficNovela corta Dos niños, un amor Dos niños, un amor, una promesa Dos niños, destinos opuestos, una promesa rota Un chico, una chica, una boda y mil gatos Una promesa, un amuleto, un sueño cumplido