Tenía una sonrisa preciosa, de película. Un pelo que querías acariciar, porque seguramente, sería súper sedoso. Era alta, con un cuerpo de perfectísimo reloj de arena. Y me miraba a los ojos. Me ofrecía su bonita sonrisa, y se inclinaba hacia mí. Su cara reflejaba felicidad, como si se alegrase de verme. Alargó sus hermosas manos y me cogió. Acurrucándome entre sus brazos, me sonrió dulcemente. Pensé: "Qué guapa, mi nueva madre adoptiva".

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Mis pensamientos
Ngẫu nhiênMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.