Estaba tan perdido que no conseguía ni encontrarme a mí mismo en medio de todo aquel caos. Sentía que me costaba respirar, y yo no era capaz de encontrarle el sentido a todo aquello que me estaba pasando. Pesaba que me moría, y, simplemente, estaba cayendo, probablemente, hacia la muerte, pero era incapaz de dilucidarlo entre todo aquello. Escuché la voz de algunas personas, y reconocí la de mi mujer. No sonaba muy bien todo aquello, y todo me parecía muy atropellado, como si estuviésemos en una carrera constante. Y, de repente, un beso en la frente, algo mojado deslizándose por mi mejilla, y nada. Ni dolor, ni sensación extraña, ni nada que se pareciese a lo que había sentido hacía unos segundos, o hacía toda una vida.

ESTÁS LEYENDO
Mis pensamientos
RandomMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.