Monóxido de carbono. CO.
No había pensado en ellos hasta que seme cruzó por la cara.
Una noticia. Un cantante coreano.Joven. Suicidio, decía. Con monóxido de carbono. CO.
Y entonces creí despertar, y entender.Llevaba años intentado escapar del dolor física, y pensando en losposibles recursos que podría utilizar si en algún momento quisiesesuicidarme.
Había decidido hacía tiempo ya que lomejor sería morir de sobredosis, una muerte feliz, ni siquiera muyconsciente. Ese era un recurso. Otro, ahorcarse. Pero no, sufriría usolo momento, y sentiría cómo mi cuello se partiría, y soy tancobarde hasta para eso. Y nunca, por supuesto, ahogada o asfixiada.No, por Dios.
Y, a pesar de que sabía de sobre loque era la "muerte dulce", nunca llegué a contemplarla entre misopciones. Pero ahora lo pienso, y solo veo ventajas. Cero dolor paramí y para mi familia (ya que fácilmente podría parecer unaccidente y no un suicidio) y, porque, al fin y al cabo, la llaman la"muerte dulce", ¿no? ¿Cómo resistirse a algo así?
Y, a pesar de todo, no sé si estoypreparada para hacerlo. No sé si estoy preparada para escribir lacarta definitiva, para cerrarlo todo; no sé si estoy preparada paraencerrarme sola en una habitación sabiendo lo que me espera, o paraque parezca todo un tonto descuido que acabó conmigo. No sé si estopreparada para abrir la válvula que se llevará mi vida como unsuspiro, y no poder seguir con todo lo demás.
Sin embargo, y sin alguna, el monóxidode carbono, CO, sería lo que elegiría para acabar con mi vida.Mucho antes que el amor, el tabaco, mi mente o el cáncer.
Monóxido de carbono, CO.
ESTÁS LEYENDO
Mis pensamientos
De TodoMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.