- ¡Enhorabuena! ¡Habéis ganado! - anunció feliz Felipe.
Los alumnos guardaron silencio, expectantes, esperando que la noticia se confirmase. Cuando Felipe, con una sonrisa cruzada en el rostro, asintió con la cabeza, todos rompieron en vítores y aplausos.
Felipe pidió silencio sin perder su disfraz de duro, pero riendo como sus alumnos por dentro por dentro.
- Como ya sabéis, si ganabais también el segundo concurso, podríais ampliar el premio y podríamos irnos aún más lejos. Siempre y cuando también hubiesen profesores dispuestos a acompañaros en la excursión.
Inmediatamente, todos se pusieron a discutir sobre el destino del viaje, gritando y peleando. Por eso, cuando Felipe mandó a callar, nadie le echó cuenta. Por lo que Felipe cogió la manivela de las persianas y dio un sonoro golpe sobre la mesa del profesor, consiguiendo que todo el mundo saltase en el sitio y se callase.
- Muy bien. Estamos en clase de lengua, no en tutoría. Por eso hablaremos del viaje el jueves, en tal hora. - se escuchó un suspiro generalizado y algún que otro exabrupto sin mala intención por lo bajo. - Por lo que... si no recuerdo mal, el otro día os mandé que construyeseis unas frases...
* * *
- ¡Soy una tazaaa, una teteraaa...!
Estaban de camino a Matalascañas, y Marta iba junto a la ventana del autobús mirando el paisaje y conteniendo la risa al escuchar a sus compañeros cantar canciones del "Cantajuegos".
- ¡Vamos Marti! ¡Canta con nosotros! - le gritó Valentina haciendo el payaso.
Marta miró a su amiga y sonrió.
- ¡No, gracias, prefiero guardar una poquita de dignidad! - gritó por encima del barullo.
- ¿¡¡Qué!!? - preguntó Valentina, pero no se quedó a oírlo.
Marta negó con la cabeza y, sonriendo, volvió a sus ensoñaciones a través del cristal.
Cuando llegaron a la playa y bajaron del autobús, lo primero que hicieron fue correr hacia el agua y hacer el cabra.
Marta y Alba se quedaron atrás, comentando el loco comportamiento que últimamente mostraba Valentina.
- Yo creo que quiere impresionar a alguien. Está demasiado lanzada. - opinó Alba mientras extendía su toalla junto a la de Marta.
- A lo mejor le gusta Martín. - dijo Marta sentada sobre la toalla.
Ambas miraron hacia el mar, sonde Martín y Pablo cogían a Valentina por las axilas y los tobillos y la lanzaban al agua.
Se miraron y, sonriendo, cabecearon.
- Es imposible.
- Un caso perdido.
Alba se levantó decidida y propuso a Marta darse un baño.
- Mmmm... No sé... No me apetece mucho... - dijo perezosa, tumbándose a tomar el sol.
Su amiga se puso frente a ella, tapándole la luz.
- ¡Ey! ¡¿Qué haces?! ¡Me tapas! - se quejó Marta.
- Venga levanta. - dijo Alba tirando de sus manos. - Nos vamos al agua.
Y sin escuchar las quejas de su amiga la arrastró hacia la orilla, donde sus compañeros las ovacionaron. Alba negó sonriente y se metió con un grácil salto de cabeza en el agua. En cambio, Marta se quedó en la orilla, titubeante.
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Mis pensamientos
RandomMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.