Ya no escribo por él, ni por ti. Ahora escribo por mí. Porque sabes de sobra que ni él ni tú os merecéis que os escriba esta carta. Ni siquiera os merecíais todas las anteriores. Pero supongo que no puedo evitarlo, que os he vuelto a poner en el remitente.
Y el caso es que estoy enfadada. Llevo 16 años enfadada, de hecho. Porque me lo he planteado muchas veces, pero aún no entiendo por qué lo hicísteis. Por qué decidiste no quererme; por qué decidió no cuidarme. Aún no era mayor, no me conocíais, no sabíais cómo sería. Probablemente ni lo sepáis ahora. No sabéis que soy alta, más que la media de mi edad, que tengo el pelo y los ojos de color miel, y largo, casi por la cintura. Soy muy delgada, aunque creo que eso se ebe al "pequeño" episodio de anorexia que sufrí con 10 años. Me duró dos y medio. Me gusta el pop, aunque relamente también me gusta el rock, y creo que tengo un gusto bastante distinguido y cultural sobre la música. Amo leer. De verdad, si me hubiéseis conocido de verdad, sabríais lo feliz que soy cuando leo un libro. Incluso si me lleva a una depresión que me dura días o semanas. Incluso si me hace ver que mi vida no merece la pena. Incluso, soy feliz.
Ahora estoy leyendo "Just Listen", que es una novela romántica juvenil (mis favoritas), pero de las buenas, nada de Blue Jeans (que no me gusta nada). Y estoy esuchando "Para que nadie se entere" y "Antes de los veinte" de Morat, "La Cintura" de Álvaro Soler, "You're not there" de Lukas Graham, "Je veux" de Zaz, "Back to black" de Amy Winehouse y "Tu mejor pesadilla" y "Amasijo de Huesos" de Sidecars. Sería ideal que mientras leéis esta carta, hagáis una carpeta con todas estas canciones y las escuchéis, como yo ahroa mismo. Supongo que debería haberlas puesto al principio.
El caso es que soy así. Borde, con un mal genio de mil demonios y con mil y un defectos más que ahora no me apetece describiros. Quizás porque no os lo merecéis. Quizás porque no quiero que la primera vez que tengáis una imagen verdadera de mí sea así. Supongo que tampoco os puedo decir nada bueno sobre mí. Ni sería justo ni se me ocurre. Y os pediría perdón por ello. Pero tampoco os lo merecéis.
Quizás os haya sorprendido que entre mi lista de canciones actual se encuentren en más de 2 idiomas. Más estrictamente, en tres, español, inglés y francés. Sí, he estudiado desde los 4 años el inglés; y llevo 5 en francés. Este año, además, he entrado en clases de italiano, aunque no estoy muy segura de poder seguir con ellas. Mi familia de ahora no es como las demás.
A parte de eso, podría contaros un montón de cosas, como que hice dos años de guitarra, como que nunca he tenido amigos, o como que por ejemplo fumo y bebo, mucho y muy a menudo. Empecé hace muchos años. 4 o 5, creo. Es lo que suele pasar en sitios comoe stos. Te acostumbras a todo muy rápido. Somos como el agua, resbaladiza, sin olor, color o sabor. Nos amoldamos en los espacios en los que nos asignan, o en los que nos quieren. Y a veces, le echamos unos polvitos a nuestra vida. Es lo que hay. Pero no penséis que soy mala. Porque no lo soy. Y al fin y al cabo, es vuestra culpa, por no quererme.
Hace un año me quedé embarazada, y tuve un aborto natural lo suficientemente pronto como para que no me hubiese dado tiempo a acostumbrarme. Y eso que ya te he dicho que aquí nos acostumbramos a todo muy rápido. Así que tuve que encogerme de hombros y acostumbrarme a haberme quedado embarazada y a haberlo perdido en un espacio lo suficientemente corto como para acostumbrarme.
Sé lo que estás pensando. ¿Embarazada a los 15 años? Sí. Y sí, me violaron. Y sí, me acostumbré, y lo superé. Rápido, muy rápido, a decir verdad. Vuelvo a encogerme de hombros. Al fin y al cabo no es algo que yo haya elegido, y ya no puedo hacer nada.
Además, aquí todo funciona diferente. No es a como vosotros estáis acostumbrados. Pero ya me da igual, yo hace 15 años que me acostumbré. Y sin contar el no conocernos, es a lo que más he tardado en acostumbrarme, papá y mamá: a que me hubiéseis dejado en adopción cuando yo aún no sabía ni comer sola. Y por eso os odio. Porque ni a vuestra ausencia me he podido acostumbrar.
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Mis pensamientos
RandomMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.