Quise decirle que no era eso lo que tenía que hacer. Pero comprendía que no tenía ningún poder sobre él como para hacerlo.
Y aún así, deseaba decirle que midiese mejor sus palabras, que pensase antes de herir de esa manera. Quería decirle que todo lo que hacía me estaba matando, y que ojalá dejase de hacerlo.
Pero me callé, y no le dije nada de eso. Porque sabía que no era nadie, que ni le importaba ni me conocía; y que no lo iba a hacer. Porque yo ya llevaba demasiado tiempo muerta.
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Mis pensamientos
RandomMomentos en los que solo un papel y un boli te libran de la cruda realidad. Aquí algún que otro par de palabras salidas de mis pensamientos.