Capítulo 37

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POV' Verónica.

Me abro paso entre las sombras, huele un poco a aguas residuales y ya me alejé lo suficiente del club como para regresar. No sé a dónde me dirigía, solo quería huir de ella y de la realidad.

Creo que son más de las 1:00 de la madrugada, aunque no estoy segura. Algunos locales están cerrados y en las calles pasan uno que otro auto. Nunca he venido por esta parte de la zona, ya veo porqué, es horrible «Parece un barrio» y la única luz que hay, son la de los postes de luz.

Gracias al gran escote de espalda que tiene mi vestido me estoy muriendo de frío, los tacones están masacrando mis pies y la sed de agua es inmensa, pero a pesar de todo eso, no quiero volver. Siento que mi actitud no es la correcta y que tal vez estoy exagerando, pero así soy y así me siento. Nunca me había enamorado ¿es normal sentir esto? Todo lo que hace Lucy me lastima o me hace bien, así sea la más mínima cosa. Honestamente, ya quiero que esto acabe de una maldita vez, un día me hace ver que me quiere y al otro sigue cómo si nada con su estúpida novia ¿Qué es lo que le ve?, ¿por qué está con ella?, ¿no siente nada por mi?, ¿y si es así, por qué me da ilusiones? Ahg, en serio quiero odiarla, de verdad; sin embargo, sé que no puedo porque mi corazón no lo permite.

Lo único que hago es sentarme en el borde de una escalera que va a un local cerrado y lloro, lloro por ella, lloro porque me siento una idiota, lloro porque odio ser tan sentimental, lloro por sentir esto, pero sobre todo, lloro porque duele ¡duele tanto, maldita sea! Y no sólo duele en el corazón, sino en mi cabeza, en mi estómago, en todo el cuerpo. Duele saber que la persona que te gusta está con otra y tu no puedes hacer absolutamente nada. Duele porque sabes que nunca la tendrás.

«El amor es una mierda»

Siento mis ojos hinchados y rojos, al igual que mis mejillas. Ni siquiera puedo respirar bien porque la nariz la tengo tapada «Genial» Lo único que puedo hacer es frotarme los brazos por el frío.

En estos momentos no me siento bien.

Una vez que me calmo un poco, soy consciente de que no sé dónde estoy, lo que sí sé, es que ha pasado cómo una hora desde que salí «Por Dios, entre Daniela y Camila van a hacer turno para tratar de matarme» Seguramente me gritarán que soy una irresponsable, que pudo haberme pasado algo, que no debí salir de esa forma tan inmadura y quien sabe qué cosas más... «¡Al diablo con ellas! Yo necesitaba un espacio para mi»

Decidí que ya era hora de irse, así que me levanté, acomodé mi vestido que se había subido un poco, limpié mi rostro hasta que quedara lo más decente que pudo y volví por el camino anterior... Aunque... no sabía muy bien por dónde era...

Seguí mis instintos, fue un poco difícil ubicarme pero por fin divisé el callejón por donde salí, sin embargo, justo cuando estaba por acercarme a la esquina, vi una sombra esconderse detrás de la pared que cruzaba el callejón y la calle. Me detuve por un momento «¿Había visto mal o..?» di unos cuantos pasos hacia delante con cuidado y fijé mi vista de nuevo. Ahí estaba. La sombra se asomó por la esquina, solo un poquito, y se volvió a esconder. Definitivamente, había alguien ahí y es obvio que está esperando a que cruce el callejón porque no había más nadie además de mi en aquella calle.

Di pasos lentos hacia atrás, sin hacer ruido y me di vuelta lentamente para echar a correr, pero para mala suerte la mía, la persona que estaba escondida vio mis intenciones de huir y salió del callejón empezando a correr en mi dirección. Me asusté mucho, pero gracias al cielo mis pies reaccionaron a tiempo y empecé a correr lejos de esa persona a quien no le pude ver la cara. Sus pisadas se escuchaban cada vez más cerca de mi. Me estaba alcanzando. La verdad es que no es fácil correr con tacones. Por un momento decidí dejar que me alcanzara, tal vez sería un ladrón y cómo no traía nada de valor conmigo, él se iría, pero rápidamente descarté esa idea ¿Y si era un violador? Por eso mismo eché a correr más rápido, bueno, lo rápido que mis tacones me permitían.

¿Es normal sentir ésto? (Vercy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora