Siete.

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Quedó completamente helado excusándose con los ojos llorosos hacia Dan para que permitiera que se vaya un momento sin que el alfa se enojara con él.

- Shiloh... Si te he ofendido de alguna forma...- El rubio negó tragándose el nudo en su garganta.

- Solo... Que necesito pensar tu propuesta y por eso necesito... Quiero tomar aire... Permíteme retirarme un momento, Dan.- Pidió lo más amable que pudo dando una sonrisa temblorosa. El alfa asintió dejando que se fuera, mordiéndose los labios al pensar que lo había echado a perder.

Realmente ese omega era suyo.



Faris sintió palidecer negando mientras trataba sutilmente de soltar a Amelia. Le dedicó una limitada sonrisa y suspiró.

- Creo que no estás entendiendo.

- Cómo?

- Si realmente...- Tragó duro.- Sí realmente vamos a comprometernos, necesitamos conocernos más. Mi padre te dijo la verdad, me hace falta más que el instinto para querer emparejarme. No me lo tomes a mal, eres preciosa y me caes bien. Pero no es necesario, aún no.- Dejó en claro lo más sutil posible. La omega balbuceaba negando mientras daba un paso hacia él.

- Pero tú lo deseas... Tus feromonas... Estás en un llamado, Faris.

- Lo sé.- Realmente no se había dado cuenta. Se mordió el labio y luego los relamió.- Lo sé. Pero como dije, me hace falta más para un emparejamiento. Espero entiendas eso.- Dijo firme. Amelia asintió repetidamente dando un paso hacia atrás.

- Disculpa. Qué vergüenza... Mi atrevimiento... Amm... Permíteme retirarme al baño. Necesito... Respirar. Estoy abochornada.- Sus mejillas estaban rojas y se apretaba las manos entre sí. Faris podía oler su nerviosismo y vergüenza.

Hizo una mueca asintiendo dejando que esta se fuera, mirando directo hacia dónde Shiloh debía estar.

Naturalmente, ni siquiera Dan estaba ahí.

Gruñó imaginando los posibles escenarios de donde podían haber ido, caminado por todo el salón y viendo entonces en una de las esquinas, al alfa que platicaba algo rígido con Theo.

Aspiró profundo entonces sintiendo los rastros de feromonas que Shiloh desprendió, siguiéndolas enseguida.

Salió del salón y siguió el rastro más allá, subiendo incluso las escaleras y llegando hasta su habitación.

Dentro unos ruidos, entrando sin culpabilidad y cerrando con seguro.

Se escucha agua caer, dirigiéndose al baño de la habitación, corriendo la cortina donde el pequeño omega lloraba sin cesar mientras dejaba que el agua de la regadera le cayera encima, llenándose a la vez la tina bajo sus pies.

- Shiloh.- El rubio siquiera se había inmutado. Podía olerlo a varios metros de distancia, y su omega solo estaba gratificado de que su alfa estuviera ahí, tratando de enviar feromonas que le consolasen.

Le tomó del brazo y le jaló hacia voltearle a él, viendo como sus grises ojos estaban rojos, y sus labios pálidos por el frío del agua.

Apagó esta e intentó sacarlo de ahí, consiguiendo ser empujado en una lucha de renuencia hasta caer al ras de esa bañera, con él omega encima suyo.

- Suéltame!- gruñó Shiloh. Este golpeó con sus puños su pecho y negó mientras seguía sollozando.

- Calma... Shi... Escucha mi voz... Calma.

- Es lo menos que quiero escuchar!!- Gritó. Pero al tiempo paró de golpear al alfa tratando de respirar.

Esperó a que este se calmara un poco, notando como apoyaba su frente en su pecho.

En tu mirada. {Shiaris} {Failoh} {Faloh} {Sharis}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora