En tu mirada. {Shiaris} {Failoh} {Faloh} {Sharis}

Veintiocho.

La casa había sido un campo de tensión desde que uno de los hombres de Harry había corrido por sus pasillos hasta informarle a Liam acerca del aparente secuestro de Shiloh por parte de los Bernabéu.

Louis había estallado en ira tirando todo a su alrededor teniendo que ser abrazado por el alfa para tranquilizarle para que no afectara a la nueva cría que llevaba dentro.

Tardó un tanto en recuperar el aire y abrir esos azules que ahora parecían rodeados de un fuego intenso a punto de consumirte sin piedad.

Faris se enteró poco después de la boca de Lyra. Pero no sintió tanto miedo como unas cuantas horas después cuando el lazo con su omega empezó a matarle de una manera descomunal.

Gritó aporreándose contra la pared sin poder controlarse.

De nuevo tuvo que ser Harry quien le ayude a contenerse. Al final fue encerrado en su habitación por seguridad propia, aunque después de un par de horas más, el mismo estaba ya hecho un desastre en la cama, sudando frío y con las pupilas desorbitadas.

Todo se reducía a Louis y Harry que se miraban el uno al otro en el despacho. Estaban demasiado afectados y Liam solo se la pasaba hablando de cosas sin sentido que Harry escuchaba pero no podía decidir.

- No hay que planear nada.- Dijo entonces el castaño. Ambos alfas quedaron estáticos volteando a verle.

- Lou...

- Vamos a ir a casa de Jéssica Bernabéu y vamos a tomar a nuestro hijo. Mataré a esa alfa y de nuevo me desharé de ese cartel de mierda.- Murmuró cada palabra con lentitud y pulcritud. Su mirada estaba fija en esos verdes que sabían que no mentía. Louis era de armas tomar, siempre lo había sido, siempre lo iba a ser. Por su familia. Por los suyos.

Liam enseguida replicó más Harry solo se limitó a asentir.

No era algo que se fuera a desvariar mucho. Louis había hablado.

Y cuando Louis daba una orden, se cumplía.

Abrió los ojos y la boca respirando un poco. Aunque los pulmones le dolían y ya se habían cansado de llamar a su alfa.

Estaba en una habitación. Entre sabanas de seda que lo envolvían de su desnudez.

Tenía en mente que no le habían tocado, pero no faltaba mucho para que eso sucediera.

La puerta de la habitación se abrió siendo unos pasos escuchados poco a poco.

Sentía su sucia presencia tan cerca que le daba náuseas. Terribles nauseas que se esparcían por todo su ser quemándole. La herida que en su cuello yacía aún abierta. La marca que aun no había podido reemplazar, pero que estaba desgastándose poco a poco.

Sus grisáceos la siguieron de cerca hasta posarse frente suyo, con esa sonrisa espantosa que no dejaba de burlarse de él.

- Eres tan ingenuo....- Susurró la alfa. Se hincó hasta él acariciando sus piernas, pasando por sus muslos y su nívea piel del abdomen. Shiloh cerró los ojos tragando duro. Sentía que se quemaba, que se quemaba con fuerza y que moriría ahí mismo.

Empezó a llorar escuchando una risita en respuesta.

- P-por favor...- Pidió piedad. Jéssica solo suspiró levantando su mano de él.

- Shhhh... Calma, cariño. Pronto ya no sentirás dolor, y yo estaré contigo aliviando tus heridas, disfrutándolo...- Sintió como de nuevo era alzado empezando a negar mientras pataleaba y empujaba sin éxito a la rubia. Ella reía sin forcejear, ladeando su cuello y volviendo a morder.

Varios gritos agonizantes mientras la sangre corría por su piel. Convulsiones del traspaso de lazo que tardaban en ser concretados pero que de a poco estaban llegando a su fin.

Le soltó de nuevo limpiándose la boca. Shiloh lloraba desconsolado aferrándose a si mismo en un ovillo. Faris estaba lejos, cada vez más... Cada vez más... Cada vez más...

- Falta poco, cariño. Muy poco.

Cuando la nueva oleada de sensaciones abrumadoras llegaron de nuevo, no pudo más.

Gritó con fuerza y a pesar de que apenas y pudiera mover alguna parte de su cuerpo, tuvo la voluntad y fuerza de hacerlo para vestirse con lo primero que encontró e ir hasta sus padres que le vieron entrar al despacho un total desastre.

- D-debo ir por él... Debo...- Enseguida Louis se puso de pie abrazándole, dándole fuerza.

- Lo sé pequeño, lo sé. Iremos por él en este momento. Vamos a recuperarlo, te lo juro.