En tu mirada. {Shiaris} {Failoh} {Faloh} {Sharis}

Veinticinco.

Tratan de acercarse pero Shiloh se aleja enseguida de ambos negando.

- Bebé...- Louis susurra. Siente un gran dolor en su pecho por ver a su hijo de tal modo. Tan indefenso. Lo sabe, lo ha lastimado.

- No entiendo...- Murmura.- ¿Por qué?...- Jéssica sonríe de esa manera tan estresante para el castaño haciendo que la mire, gruñéndole.

- Nos vamos.- Ordena. Va hacia el rubio quien vuelve a negar rechazando el contacto. - Shiloh, por favor...- Le ruega.

- Me mintieron...- Dice con la voz quebrada.

- Así es, cariño. Te han mentido.- Habla la alfa.- Te han mentido siempre.

- Cállate.

- Esta en mi casa, que no se te olvide, Louis.

- Pero él es mi hijo.

- Yo digo que han perdido esos derechos.- Sonríe. Se acerca cautelosa al omega que no se niega a su leve abrazo por los hombros.- Mi sobrino merecía saber la verdad acerca de los asesinos de sus verdaderos padres.- Louis se acerca a ella empujándola y apuntándole severo.

- ¡No te atrevas a poner a mi hijo en mi contra!

- ¿Entonces vas a negarlo?; ¿el matar a Rebecca, su madre, sin piedad alguna?, ¿el asesinar a sangre fría a Peter, su padre?; ¿por qué te has quedado con él?, ha sido el gran trofeo de los Styles.

- No te atrevas a insinuar tal atrocidad, alfa.- Gruñe el rizado.

Shiloh sigue con la mirada baja. Niega mientras tiembla y siente un nudo en su garganta crecer.

- Merece saber que clase de basura son ustedes.

- ¿Por qué?...- Repite. Su voz es apenas audible y quiere solo echarse a llorar en los brazos de Faris.

Le llama agonizante y sabe que el alfa le siente. Siente su desespero por ir hacia él. Como su pecho se contrae por no poder encontrarlo.

Y solo puede esfumarse...

Abre tranquilamente los ojos, apenas y parpadea, pero ya sabe que está en casa... En la que siempre creyó que era su casa.

La cabeza le duele. Todo le duele.

Suelta un quejido que es más bien un gimoteo, entonces enseguida oye como alguien se remueve a su lado, y sus brazos ya le rodean.

El fuerte olor de alfa de Faris le envuelve.

- Shh... Ya está bien...- Trata de decir algo pero no puede. Tiene la garganta cerrada. Y le ha extrañado tanto que solo se gira y le abraza. - Prometo que no me alejaré de ti...- Y se siente egoísta. Claro que no lo hará.

Ahora sabe que sus padres, no verdaderos, le han mentido durante mucho tiempo. Faris no es su hermano, aunque así habían creído. Por lo tanto, podía ser su alfa así tal cual.

Se percató de cómo la calidez del rizado le envolvió con suavidad, calmando su respiración, regularizando sus latidos.

Se despegó poco a poco de él, viéndole a la cara. Los azules de su alfa le miraron con preocupación.

- ¿Y ellos?- Soltó apenas audible. Faris hizo una mueca triste. El sonido ácido de la voz de Shiloh hacia sus padres le dolía.

- Papá estaba muy alterado... Llamaron a un doctor por que empezó a experimentar muchos dolores. Ya sabes... Él bebé.- Sus ojos se abrieron con sorpresa aguandose sin su permiso.

Pero es que era inevitable.

El pecho le punzó de manera espantosa de tan solo pensar que por su culpa su padre estaba herido. Y mucho peor, su hermanito...

Quiso negar una y otra vez aquel pensamiento. Después de todo, él no era un Styles:- Shiloh...- Las palabras de Faris fueron cortadas cuando hubo un par de golpes en la puerta. El alfa alzó la miraba despreocupado. - Son ellos.- El rubio asintió. También los sentía.

- Esta bien.- Susurró.- Que pasen.- Dijo lo suficientemente alto para que le escucharan.

No hizo falta repetirlo pues enseguida, Louis y Harry entraron a la habitación.

El más bajo se acercó enseguida a su hijo sin importarle el rechazo. Aunque ese no fue el caso.

Shiloh se dejó abrazar aunque no pudo responder como tal el afecto. Pero sus manos se fueron instantáneas al vientre del castaño quien solo sonrió ante el tacto.

- Estamos bien.- Le dice. Sabe que se siente culpable. Shiloh niega y siente entonces el abrazo de su otro padre. Harry le besa la coronilla tratando de calmarle.

Faris hace una media sonrisa.

Cuando se enteró de la verdad, le pidió una explicación a sus padres, y la que le dieron fue más que suficiente para saber que amaban a Shiloh como un hijo. Uno auténtico. Y esperaba que también fuera suficiente para él.

- Shiloh...- Habla Harry. El rubio se despega de su padre atento, escurriéndose los mocos y abrazándose de nuevo a Faris. - Tu padre y yo queremos contarte acerca de tu verdadera madre...

- ¿Por qué?... Digo... Yo, no importa.- Louis niega.

- Importa. Sé que te importa. Tienes todo el derecho de hacer tus preguntas y tenemos la obligación de respondértelas.- El omega tembló en su sitio pensando entonces en un sinfín de cosas.

Realmente sentía mucho dolor en el pecho ante la traición. Pero tampoco podía juzgar sin más.

- ¿Por qué?... ¿Por qué mataste a mi madre?, ¿acaso lo que dijo Jéssica es verdad?, ¿soy un trofeo?- Louis niega enseguida.

- Por supuesto que no. Escúchame bien, hijo mío. Tu padre y yo te amamos de manera incondicional. Para nosotros eres y siempre serás un hijo más. Como si te hubiera tenido dentro mío, Shiloh. El sentimiento jamás cambiara.- Dejó en claro.- Ahora, tú quieres saber la razón, te la diré. Solo espero que puedas simplemente, darle ninguna importancia por qué tu madre, o más bien la mujer que te dio a luz, era una persona sin corazón. Una mujer que no dudó en dar tu vida a cambio de la suya. Eran tiempos difíciles y como sabes, entre cárteles siempre hay guerras. Los Bernabéu ya nos habían hecho muchas. Tu madre me hizo demasiadas cosas y solo quería venganza. Posiblemente hice mal en deshacerme de ella de tal modo, pero no me arrepentiré de haberla matado. Ella quería vivir y robarte tu vida. Yo quería aún más matarla por decidir tal atrocidad. Desde entonces eres mío. Mi hijo. Shiloh Styles. Eso no cambiará. Ni ahora ni nunca.