En tu mirada. {Shiaris} {Failoh} {Faloh} {Sharis}

Veintisiete.

Tomó un pequeño sorbo del café recién hecho, suspirando mientras soltaba un poco de humo.

Le había insistido mucho a Faris y a sus padres que le dejasen hacer eso, pues de cierto modo, sentía que era una deuda a su verdadera "familia."

- ¿Entonces?- La mirada de Jéssica estaba sobre él y Shiloh solo sonrió pequeño y bajó la mirada.

- Yo entiendo que mi padre haya hecho tal atrocidad y que por lo tanto estés muy molesta... Tia.- la rubia alzó las cejas empezando a fruncir el ceño.- Pero ellos me criaron con buenas intensiones... Han sido unos grandes padres... - El omega respingó en su asiento cuando la alfa asentó con brusquedad la taza de té.

- Mataron a tus padres. Le enviaron el cadaver de tu madre a tu abuelo... ¡Como si fuera un animal!- Shiloh hizo una mueca algo disgustado por el comentario.

- Entiendo tu enojo...

- No. No lo entiendes. No puedo creer que aceptes a esos malditos demonios y les perdones tan fácil.- Escupió la alfa. Sus grisáceos se entornaron algo confusos y nerviosos por el comentario, no sabiendo que responder.- Pero supongo que...- Jéssica puso su mejor sonrisa tratando de no temblar de la cólera...- Que eso está bien.- Shiloh sonrió entonces.- Admito que la idea no me agrada mucho y que no puedo perdonar como tú con tanta facilidad, pero por ti, mi único pariente vivo, estoy dispuesta a tolerar.

- Muchas Gracias, tía. Espero que podamos llevar la fiesta en paz y así puedas llegar a conocer a mi familia. Enserio son buenas personas. Y luego a mi alfa...

- ¿Tú alfa?- Jéssica abrió los ojos como platos ante la revelación. No se había percatado de ello hasta ahora pues el lugar estaba inundado de café y muchas personas en él. Logró ladear el rostro observando la marca del omega apretando los labios.

- Así es.- La sonrisa deslumbrando del menor la hizo sentir una extraña bilis, sonriendo con falsedad y negando.

- Bueno. Me encantaría conocerlo algún día.- comentó casual mientras se ponía de pie y reía.- Me tengo que ir querido. Espero vernos pronto.- Shiloh asintió y se despidió de su tía.

Poco después de acabar su café el igual salió del lugar.

Caminó unas calles hasta el paradero pues había venido en autobús.

Entonces paso por una gran calle y luego un callejón donde fue jalado enseguida por un par de manos que enseguida le taparon la nariz haciéndolo oler algo muy fuerte. Solo se desvaneció.

Cuando abrió los ojos estaba encadenado.

Sintió una extraña sensación y entonces se dio cuenta de que estaba siendo acariciado de manera obsena por un par de hombres a quienes no podía verle el rostro.

Empezó a balbucear incoherencias aún en el alto efecto de la droga y lloriquear. Quería a Faris... A sus padres... Quería irse a casa.

El sonido de una puerta abriéndose le hizo alzar la mirada, viendo entonces una cabellera muy conocida.

Jéssica sonreía con sarna mientras se acercaba a él.

- Ya basta, ¿que no ven que está marcado?- El negó sin entender.- Mi querido sobrino. Enserio tenía grandes planes para ti y tu aparente buena personalidad lo ha echado a perder. El que hayas perdonado a los Styles me da ganas de vomitar. El que tengas un alfa que ahora me entero es el maldito Faris Styles me hace querer asesinarte por estúpido.- Grita con las pupilas dilatadas y gruñendo colérica.- ¿Enserio eres parte de mi familia?... Por qué yo no lo creo. Pero lastimosamente así es, y como resulta ser que soy una bastarda, necesito a fuerza a alguien del linaje principal para asumir de todas a todas, el poder completo que aún queda de los Bernabéu. ¿Sabes qué significa eso?- Shiloh ya estaba temblando en su lugar tratando de hacerse un ovillo. Jéssica solo sonrió y se acercó aún más a él, ladeándole el rostro y exponiendo su marca.- Que tendré que deshacerme de esta unión tuya...- Sus ojos se abrieron moviéndose con bestialidad a pesar de estar casi movilizado, sintiendo el aliento de la alfa muy cerca, llorando y rogando por ayuda, gastando sus cuerdas vocales a todo pulmón y sintiendo un primer desgarró.