Capítulo 4

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La sala está llena de chicas. Al fondo hay tres puertas blancas con unas pequeña ventanas a la que intentan llegar Jennifer y Nydia. Todas las demás están sentadas en donde pueden.

Reconozco a Paola sentada en el suelo y a Gisella repasando algo en un papel. Anaís está entre las dos tranquilizándolas. Nos sentamos a su lado.

—Hola chicas —las saludo. Ellas me sonríen pero puedo observar el ansia y los nervios en sus rostros— ¿Ya han empezado? —digo señalando la puerta del fondo.

Anaís asiente.

—Ha entrado la primera chica, creo que de Ecuador.

Ainhoa coge el papel y me lleva aparte un segundo.

—¿Lo tienes claro, Olivia?

—Sí, tranquila.

Ella desconfía.

—Recuerda: Chris es el ecuatoriano, Joel el mexicano, Zabdiel el puer...

—Ainhoa, ya —la interrumpo—. Me las arreglaré.

Una mujer abre una de las puerta haciendo que la chica de Ecuador salga, y Jennifer y Nydia la esquivan como pueden.

—¿Gisella? —ella traga saliva— ¿Gisella de Venezuela?

Se levanta.

—Sí, soy yo.

La vemos irse, pero nosotras la despedimos no sin antes levantar un pulgar en su dirección, y haciendo que sonría.

Cinco minutos después, Gisella sale y empieza a decir como le ha ido. Las chicas empiezan a entrar y a salir mientras hablamos

—Paola, Olivia —nos advierte—, estaban allí.

—¿Quienes?

—¿Olivia? —dice la mujer interrumpiendo y haciendo que la chica que estaba antes salga— ¿Olivia de España?

No puedo reprimir una sonrisa recordando cómo se las llama a las grandes de mi país: Lola de España, Rocío de España... Mi nombre tampoco queda tan mal con esas dos palabras detrás.

Ainhoa me da la mano y nos sonreímos.

—Ánimo.

—Sabes que no lo necesito.

Ella sonríe y yo entro con la mujer a la otra salita.

La salita es completamente blanca y tiene una silla negra en el centro. Supongo que para que me siente, pero no pienso parecer débil. Exceptuando la silla, solo hay una gran mesa con un mantel azul enfrente de ella. Pero no está vacía. Hay dos personas sentadas. Dos chicos. La mujer se sienta en medio de los dos. Me da un vuelco el corazón. Allí sentado está el preferido de Ainhoa. Joel está ahí y Ainhoa en la habitación contigua, y ni lo sabe. Pero es el otro chico el que me llama la atención. Está jugando con un bolígrafo y en cuanto he entrado tiene una sonrisa pícara en los labios.

Dios.

Es el chico contra el que me choqué la noche anterior y le dije que no era muy fan de CNCO. Y él es componente de CNCO. El karma me está echando en cara ahora todo lo que he hecho mal en la vida.

—Bueno, Olivia —dice la mujer sacándome de mis ensoñaciones—. Como seguramente sabrás, estos son Joel y Erick —"así que él es el famoso Erick". Ellos saludan— y... no sé —sonríe—, cuéntanos algo de ti misma.

Noto la mirada de los dos sobre mí y me pongo nerviosa.

—Pues como ha dicho, me llamo Olivia y mañana cumplo diecisiete años... —digo recordando y estrujando el papel entre mis manos.

Hey Dj!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora