Capitulo 41:

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Sigo bailando con la lista de reproducción de mi móvil en aleatorio hasta que comienza a sonar una canción flamenca y me acerco al movil para cambiarla.

—¡Aquí estás!

Me giro debido al grito de golpe y veo a Ainhoa corriendo hacia mí. De repente se para de golpe y me mira de arriba a abajo.

—¡No me jodas que te has puesto a bailar y no me has avisado!

Me quedo de piedra, intentando contener la risa por su mirada de odio.

—¿Lo siento?

—Y más que lo vas a sentir —sentencia y sale casi corriendo de la sala.

Me quedo durante unos segundos atonita, pero al ver que no vuelve me pongo a buscar otra canción. Al final acabo respondiendo a algunos whatsapps y mirando las historias de mis amigos en instagram; hasta que Ainhoa entra corriendo.

—Pon el remix este que bailamos en el campeonato Europeo —dice, acto seguido se tira a mi lado y comienza a atarse las puntas.

No sabia que ella también las había traido pienso, pero la obedezco.

—¿A qué esperas? —pregunta en cuanto ha terminado de atarse las cuerdas. Se pone de pie y comienza a estirar un poco los tobillos—. ¡Venga!

Finalmente le hago caso y me pongo de pie, no sin antes pulsar en el play.

La dulce canción comienza a sonar y Ainhoa empieza a bailar.

Este baile en realidad es de una persona, pero como en los ensayos nos lo hicieron aprender a todas pues nos lo sabemos a la perfección.

Comienzo a bailar junto a ella, pero entonces alguien llama a la puerta, haciéndonos pegar un salto. Ainhoa me mira interrogante y se acerca a paso seguro hacia allí.

De repente una bombilla se enciende en mi cabeza. ¿Y si es Erick? Seguro Ainhoa empezaría a especular cosas por el hecho de que él sepa donde estoy Tengo que hacer algo.

—¡Ya voy yo! —grito corriendo como puedo y cogiendo el pomo de la puerta.

Le echo una mirada y veo como me mira extrañada, pero no debe de darle importancia ya que se da la vuelta y se dirije a donde están nuestras cosas.

Abro la puerta lo justo para que me vea la cara pero para que Ainhoa no vea quien está al otro lado.

—Buenas —saluda un hombre de pelo castaño sin darme tiempo a reaccionar—. Somos el equipo de grabación que

—Sí, sí —le interrumpo apresuradamente—. ¿Qué sucede?

Paso la mirada por ellos dos mientras el mayor me responde. Uno es de unos treinta años, con el pelo castaño y los ojos color miel. Es bastante mono pienso sin ningún reparo. En cambio, el otro es un hombre de unos cincuenta años, con el pelo del mismo tono, seguramente teñido y los ojos marrón oscuro, tan oscuros que llegan a parecer negros.

—La Señora Roberta nos ha informado de que usted estaba aquí. —Le miro como preguntando ¿Y qué?, aunque ya imagino a que han venido—. Hemos estado con las demás participantes y sólo nos falta tomar unas tomas de usted —Pongo cara de resignación y abro por completo la puerta, dejándoles entrar—. No le robaremos mucho tiempo.

—Vienen a grabar —informo a Ainhoa, quien está bebiendo de mi botella de agua.

—¿Cómo se llaman? —pregunta mi amiga entre sorbo y sorbo.

—Yo soy Agustín —se presenta el mayor—. Y él es Mario.

Mi amiga sonríe, deja la botella en el suelo y se acerca a mí.

Hey Dj!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora