Capítulo 33:

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Me siento extraña mientras caminamos por el pasillo. ¿Cómo hemos podido pasar de ser ocho amigas a sólo quedar cinco? Aunque estamos mucho mejor que Abril o Jennifer, ellas están prácticamente solas. Bueno, Abril tiene a Martina, Jennifer en cambio está totalmente sola. Por poco me llega a dar hasta pena.

Volvemos a nuestra habitación, ninguna dice nada en todo el camino.

—Me dijo Gisella que iban a bajar a la piscina. Que quería aprovechar las vistas todo el tiempo posible —dice abriendo la puerta y yendo hasta el armario—. Creo que deberíamos ir, ya sabes, para confraternizar y así tener más oportunidades.

—Si, si. —Cierro la puerta y la sigo—. Seguro que quieres bajar para que yo tenga más posibilidades de ganar, y no para sacar fotos a Joel a escondidas.

Se pone roja como un tomate. La pillé.

—Bueno, para eso también.

Pongo los ojos en blanco y abro uno de los cajones del armario. Saco mi bikini y me le pongo.

Diez minutos después ya estamos entrando en el recinto de la piscina privada.

—¡Olivia! —grita Cristina corriendo hacia nosotras.

La abrazamos.

—No me lo creo, ¡estoy en la misma piscina que CNCO! —grita en un susurro.

Ambas reímos.

Nos acercamos a unas tumbonas y dejamos ahí nuestras cosas: las toallas, los móviles, las gafas, los libros y la llave de la habitación.

—¿Qué vas a hacer? —pregunto a mi amiga quitándome la ropa y quedando en bikini.

—Pues voy a tomar un poco el sol y a disfrutar de las vistas, luego me bañaré.

Yo asiento.

Miro hacia la piscina y veo que Anaís y Gisella están dentro de esta, hablando en una esquina. En la otra, cerca de las escaleras, están Richard y Chris, también hablando.

Me tiro al agua, llamando la atención de todos y me acerco a ellas. Nunca he sido de esas que se toman una eternidad para meterse en el agua, t¡y siempre me ha gustado tirarme de formas espectaculares para hacerme la chula. Esta vez, por ejemplo, me tiro dando una voltereta. No soy la mejor del mundo, pero me defiendo.

—¡Hey! —Llego nadando y ellas se giran al verme— ¿Qué hacéis aquí? ¿No deberíais estar ligando con vuestros amorcitos? —digo dirigiendo mi mirada a dónde estaban antes, ya que se acaban de ir, ahora están en las tumbonas mientras ven como llega Zabdiel.

—Si, ¿no? —pregunta Gisella irónica antes de añadir—: Nos vamos a acercar así como si nada y vamos a empezar a hablar con ellos de cosas al azar, ¿no?

—Sí —contesto, "¿Por qué no?"—. No es para tanto.

Gisella hace un mohín, mirando discretamente a Chris.

—Lo siento, pero no. En ningún momento haré "un Jennifer".

Arqueo la ceja.

—¿Qué es hacer "un Jennifer"? —pregunto mientras me llevo el pelo calado detrás de las orejas.

—Pues es acercarte y ...

Pero algo interrumpe su explicación.

—¡GERÓNIMOOOO!

Las tres volteamos la cabeza justamente a tiempo y podemos ver como Ainhoa y Cristina, dadas de la mano, saltan a la piscina de bomba salpicando todo y a todos. Salen de la superficie riendo a carcajadas y chocan las palmas de las manos. Se ponen a nadar hacia nosotras. Es algo que siempre he envidiado de Ainhoa. Yo soy la que se tira bien a la piscina, ella es la que nada genial.

Hey Dj!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora