Capítulo 24

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—No es tan difícil —me susurra Ainhoa mientras se queda de pie mirando el guión que me han entregado y cómo Car supervisa el peinado que su ayudante me está haciendo—, solo estás haciendo playback y bailando. Además, siempre se te ha dado bien actuar, en todas las obras de teatro que hacíamos en el colegio eras la protagonista.

Suspiro asintiendo, estoy a punto de decirle que eso eran cosas fáciles, sin importancia, pero me lo callo. Tal vez tenga razón, actuar siempre ha sido uno de mis fuertes, incluso mi madre me decía que tenía un don para mentir. Esto es como mentir, ¿no?

Supongo que aquí no valdrá con saber decir que te vas a dormir a casa de Ainhoa cuando en realidad vas a quedar con un chico.

—¡Chicas, aquí andan! —Steph llega al salón de belleza improvisado que han montado al lado del chiringuito que han reservado para grabar. Aunque no es lo único. Parte de la playa ha sido delimitada por un cordón policial que nadie puede cruzar si no se quieren ver la cara con un par de policías con aspecto no muy amigable.

—Hola, Steph —saluda Ainhoa, sonriente, mientras mira con intriga como mueve los dedos las ayudante de Car sobre mi pelo, seguramente querrá aprender profesionalmente.

Ella se detiene apoyándose en Car, aprovechando para coger aire debido a la carrera que ha hecho para llegar hasta aquí. El hombre la mira un poco por encima del hombro, pero Steph no se da cuenta y nos sigue sonriendo mientras dice algo entrecortada:

—Tengo... que avisarles... de una cosa.... —Le coge el guión a Ainhoa entre aspaviento y aspaviento y se pone en la tercera página—. Aquí,... tendrán que bailar.... otra vez. Es decir,... en el videoclip... aparecerán bailando tres veces,... no dos.

Ainhoa y yo asentimos lentamente, sin darle mucha importancia y rezando para que no caiga redonda debido al cansancio.

—Muy bien —dice al ver nuestras cabezas moverse de arriba a abajo—, en diez minutos... empezaremos con el primer baile.

Y se va por donde ha venido. Corriendo de nuevo.

"¿Diez minutos?"

Empiezo a hiperventilar. Los nervios me carcomen las entrañas. Ainhoa lo nota.

—Tranquila, Olivia —me intenta animar poniéndome una mano en el hombro e ignorando el comentario de Carlos que dice "rízalo un poco más por aquí"—. Lo vas a hacer genial.

La chica deja que Carlos termine el trabajo en mi cabeza y después nos acompaña al centro de la playa, donde nos esperan Abril y Thalía. Están vestidas exactamente tal y como Carlos dijo. Bueno, y yo también.

Me pego un último vistazo en uno de los cristales del chiringuito. Llevo una falda negra con estampado de flores que me llega hasta la mitad del muslo. Perfecta para las coreos. También llevo un crop top completamente blanco, en forma de cruz y que deja mi estómago al aire. En sí, me fascina el conjunto. Car puede ser un borde superficial, pero hay que reconocerle el que tiene buen gusto para la ropa.

—¡Muy bien! —grita un hombre con panza, pelo largo y grasiento y patillas, detrás de Steph—, ¡colóquense, empezamos dentro de tres minutos!

Ainhoa se coloca al lado de Martina, apoyada en el chiringuito y cerca del equipo de música que va a poner la canción. Yo me acerco a ellas sonriente, pero en cuanto Thalía me ve, pone una cara de asco.

—Espero que no recuerden nunca esto, pero es norma de cortesía y tampoco quiero ser muy grosera delante de los cámaras que nos filmarán a los chicos y a mí en el videoclip —dice Thalía echándose el pelo suelto, negro y brillante hacia atrás—. Así que... suerte.

Hey Dj!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora