Capítulo diecisiete. [Parte II]

18.2K 2.1K 844
                                    

Hermione Granger luce sorprendida, por un momento creyó que el mundo se detuvo. Que todo a su alrededor desapareció; siquiera se dio cuenta cuando Harry posó sus manos en sus hombros y la movió levemente, llamándola, esperando una respuesta.

— es simplemente…— miró fijamente hacia otra dirección; no podía creerlo— una locura.

— ¿Una locura? — aquello había indignado al Salvador— ¡Por Merlín, Hermione! La persona que ha comprado a Draco posee una gran cantidad de dinero, la persona que tiene a Draco es un Gryffindor; ¿Qué más necesitas?

Pruebas concretas, Harry.




Ginny mantuvo fija su mirada en el vestido que le había recomendado Hermione. Frunció el entrecejo, ella era su cuñada; esposa de su hermano.

Hace unos meses que​ Ron y Hermione habían contraído matrimonio, ambos felices por ello. En cierto modo la pelirroja estaba alegre; su madre se encargaría de la comida y agradece aquello; estaba más que segura que muchos del diario El profeta se encontraría en su boda. El niño que vivió y venció se estaba por casar con la mismísima Ginny Weasley.

— Ginny, cariño— escuchó la voz de su madre. Miró por última vez al espejo de cuerpo completo ubicado en su habitación y suspiró— ¿Puedes bajar? George está aquí.

—enseguida.

Dice. Su madre entiende y se aleja de su habitación, al mismo tiempo la muchacha caminó fuera de su cuarto asegurando la puerta; dejando visible en su rostro los nervios.

George y su hermano Percy estaban ahí: platicando como si sólo se tratara de ellos dos. Ginny carraspeó la garganta una vez frente a ellos.

— ¡Ginny! — El primero en hablar fue George, con una amplia sonrisa. Su madre se encontraba cocinando y su padre probablemente afuera: con Ron. — ¿Cómo es eso de que se acerca tu boda?

La chica sonrió de manera cálida y tomó asiento a lado de Percy.

— Faltan dos semanas.

— Mi hermana casada con el famoso Harry Potter… wow, — Dijo George, soltando una pequeña carcajada— la fiesta se realizará en mi casa.

Su hermana menor volvió a sonreír, estaba tan emocionada por aquel gran día.

— La boda​ se realizará en un lugar muggle… Harry lo desea, no veo  por qué negárselo; papá está muy emocionado, ya saben.

— Percy — El chico mencionado prestó atención a George— ¿Qué ha pasado con el anterior ministro?

— Fue condenado; por subastar mortífagos. En realidad… hay un caso bastante especial con un ex-mortifago. — La señora Weasley se detuvo para prestar atención a la conversación— Draco Malfoy.

George meditó por un momento y luego dijo: — ¿Por qué es especial?

— Draco es inocente de todos las cargos; se probó que había actuado sin elección.

» El ministro, más bien, no pensó en si tenía o no delito; supo que era alguien… joven y que posiblemente le haría ganar más galeones que cualquier mortífago. Lo subastó.

— La típica historia — murmuró Ginny— ya hemos visto eso en el profeta, los Malfoy a pesar de haber recuperado gran parte de sus bienes aún siguen angustiados. Harry pasa la mayor parte de su tiempo libre con ellos, en una oficina, tratando de hallar a su hijo.

— Harry y su gran corazón… — masculló George. Dudaba mucho que Harry Potter hallase a Draco Malfoy.

Molly Weasley fui a buscar un ejemplar de aquel famoso periódico en el mundo mágico, lucía una foto de Draco Malfoy y su familia.

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora