Capítulo veintiocho.

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Capítulo veintiocho.

—Draco. —Volvió a preguntar Harry Potter tratando de hacerlo regresar a la realidad— Draco, ¿quieres ser mi novio?

Draco por un momento había perdido el habla, tantos meses esperando aquello. Tantos años ansiando el poder conocer la felicidad y ahora tan sólo se encontraba a poca distancia suya. Le fue irónico, incluso él se recordó en su primer año de Hogwarts pidiéndole a Potter su amistad.

—¿Hablas en serio? ¿de verdad tú quieres que sea tu novio? —preguntó.

Su tono de voz era insegura, pero Harry Potter no se mostraba como tal. Él, muy al contrario de Draco, únicamente sonrió y asintió apaciguado.

—Oh, Merlín —el rubio sólo atinó a volverse en su mutismo, aquello desesperaba al Salvador del mundo—. Sí, Harry, sí quiero ser tu novio.

Harry volvió a ensanchar una amplia sonrisa y atrajo al rubio en un cálido y tímido abrazo. Draco se sintió tentado a corresponderle; después de todo, se trataba de su novio. Harry era su novio, no Potter. Potter sólo era aclamado por salvar al mundo mágico de oscuros magos tenebroso, en cambio, Harry era aclamado por Draco, por salvarle la vida, por salvarle de un súbito y terrible abismo.

—Draco Malfoy es mi novio —murmura Potter aún en el abrazo—. Esto es sorprendente, ¿puedes creerlo? Dos enemigos jurados, ahora parejas.

—No —responde Malfoy—. Es algo que aún, alguien como yo, no logrará creer.

—¿Por qué alguien como tú no logrará creer eso, Draco? —Vuelve a preguntar separándose del rubio—. ¿Es por tu baja autoestima, no?

Draco asiente apenado.

—Seré un pésimo novio, lo sé —dijo Draco, Harry observó al rubio y su compostura. Este aún se mostraba deprimido— ¿Estás seguro de esto, Harry?

—Draco, lo preguntas como si fuera que he tomado una de mis peores decisiones —Harry rueda los ojos y toma de la mano al rubio— En el mundo muggle hay especialistas que se encargan de la depresión, Draco.

—Pero Nicholas ha dicho que he mejorado —infiere el rubio con una pequeña protesta—. Son muchos especialistas.

—Holmes es un gran medimago, pero no psiquiatra, Draco —contraataca Harry—. Además, es un nuevo aire, nueva vida; ¿no quieres eso, Draco? Irnos por un tiempo, es por ti.

—¿Hablas de mudarnos a un vecindario muggle? ¿Qué?

Harry se apresura a hablar.

—Llevamos casi como diez meses viviendo con tus padres, Draco. Bueno, yo. —Hace una pequeña mueca y suspira— Obviamente los visitaremos, recuerda que yo tengo mi trabajo como auror.

—Es cierto —admite— ¿Dices que con el especialista muggle finalmente lograré dejar de sentirme de esta manera?

—No, tú tienes que decidir salir adelante, Draco. El especialista sólo te dará consultas que te ayudará a reflexionar. Pienso que es buena idea —Dice Harry con soslayo— Entonces, ¿qué dices? ¿aceptas?

—¿Conectaremos una chimenea con la de mis padres, verdad? —indaga con un dije de preocupación—. Quisiera visitar a mamá todo el tiempo.

—Lo haremos, Draco. Tendrás todo lo que quieras allí, es algo por lo cual no deberías preocuparte: Narcissa ha dicho que no se despegaría de ti.

Draco por un momento deja escapar una carcajada, sabía que su madre se había vuelto un poco sobreprotectora.

—También puedes utilizar la aparición —comenta— sería un medio más fácil, pero muy arriesgado, ya sabes lo que opina Hermione al respecto y el padre Ron.

—Necesito un carné, pasé la prueba pero sin ello me traerá problemas con el ministerio —dice. Su preocupación aumenta, había demasiadas cosas que hacer, no había terminado Hogwarts y tendría que ir a hablar con la profesora McGonagall— Además de que tengo que hablar con la profesora McGonagall.

—McGonagall es ahora directora, ¿lo sabías?

Draco asiente.

—Mi madre me estaba platicando sobre las cosas que sucedieron. Incluso, George llegó a decírmelo en un momento.

—Me alegra que te hayas tomado este tiempo para lograr salir adelante. Me alegra haber contribuido aunque sea un poco.

—¿Poco dices? —Harry le presta atención— Harry, ¡por Merlín! Tú me salvaste la vida, me ayudaste como ninguno lo ha hecho, estuviste en los momentos más difíciles; me comprendiste y jamás me has juzgado, después preguntas el porqué las personas se enamoran de ti, Harry.

En aquellos segundos, Harry sonríe y bastaron sólo segundos para unir sus labios con los del rubio en un suave y pequeño beso. Su primer beso.



{Eh, hola he aquí la chica que estaba en duda con el capítulo. Lamento la demora y la siguiente información: se aproxima el final pero no habrá epílogo, pienso dejarlo para la segunda temporada. En verdad, espero que puedan leer Little Thomas —se encuentra en mi perfil— y pronto, lo que se aproxima, gracias por su apoyo, chicas.}

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora