Capítulo veintinueve.

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I forgive you long ago.

He estado esperando todo este tiempo por ti —repite Harry leyendo una y otra vez aquella carta escrita por el auror Matthew Henderson— Y siendo sincero, Lucy, no creo poder esperar más; ¿te gustaría casarte conmigo?

En aquel punto, el joven azabache leyó y releyó la carta. Detrás venía escrito la contestación de la medimaga. Medimaga que adquirió sus estudios en Beauxbatons antes de que iniciara la guerra.

—¿Es tu antiguo amor de Hogwarts? —curiosea Harry con una pequeña sonrisa interrogativa. Henderson asiente y vuelve a tomar la carta—. ¡wow! Por cierto, felicidades, no creí que te fueras a casar tan joven.

—Tengo veintitrés años, Harry, y tú también estás comprometido.

Era cierto, Harry Potter estaba comprometido con Draco Malfoy. Después de haberle pedido noviazgo en la casa de su mejor amigo; dos años después de una increíble relación, le había propuesto matrimonio el mismo día que se celebraba la Navidad.

El antiguo Draco; el que sólo albergaba sentimientos de tristeza y abandono: había quedado atrás. Como un viejo capítulo de novelas de angustias y desesperación. Si Harry Potter se propusiera a remover el pasado, era más posible que pronto adquiriera nostalgia.

Los cambios eran notables. Draco ahora era un aprendiz en San Mungo como medimago tras haber hablado con McGonagall y poder finalizar sus estudios en Hogwarts de una manera rápida.  

El azabache no sólo había sido un pequeño motor, Harry había sido más que eso.

Los Malfoy lo sabían y Narcissa no se arrepentía de haberle mentido a Voldemort respecto a la muerte del Salvador del mundo mágico.

Ginny Weasley después de haber accedido al divorcio volvió con sus padres. La muchacha admitía el estar devastada durante un tiempo, sin embargo la joven ahora emprendía sus estudios y no sólo superó al héroe sino que también consiguió pareja. La joven nunca sintió rencor hacia Harry o Draco, ella se encontraba bastante feliz por ambos muchachos.

—Tienes una bonita y hogareña casa, Harry —admitió Matthew recorriendo con su mirada la casa— además de que el vecindario parece ser muy tranquilo.

—Es el privet Drive —contesta— No sabes cuántos hechizos impuso Draco para no ser molestado por los muggles, de todas formas en cuanto nos casemos pensamos vivir en otra zona.

—Repello muggletum —musita Matthew— es muy efectivo, al parecer.

—¡Spyke, he dicho que no!

Un grito proveniente de la planta alta había llamado la atención de ambos aurores.

Henderson notó como el San Bernardo enorme, bajaba por las escaleras: al parecer aquella era la voz de Draco Malfoy y el enorme animal siendo bañado.

—¡No, Spyke! —Harry sabía lo que venía a continuación— Matt, corre. ¡Corre!

Pero el auror no tuvo tiempo de razonar, el gran y enorme perro comenzó a sacudirse una y otra vez salpicando a ambos muchachos en el proceso. Cuando el animal terminó su proceso de secado, se movió ensuciando la alfombra a su paso.

Harry sentía el traje de auror realmente mojado y Draco se encontraba a mitad de la escalera admirando la escena con total asombro.

—¡Spyke! —rezongó el azabache limpiando sus gafas. Observó a Draco y contuvo el aliento, su prometido lucía con el cabello alborotado, mejillas sonrojadas y el pijama mojado—¿Qué sucedió?

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora