Capítulo veinte.

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LA TRAGEDIA DE LOS MALFOY.

Draco Malfoy después de haber salido de las garras de George Weasley ha asistido a diversas sesiones en San Mungo; se dice que el joven sufre cierto desorden mental.

Pocas veces hemos visto al joven y siempre luce en un gélido estado deplorable. Muchos aseguran que el muchacho ha enloquecido [...]

- ¡Tonterías! - murmuró Lucius aventando aquel ejemplo de El profeta a la mesa. Estaba exhausto de ver en primera plana cada día a su único hijo- Draco no está loco.
- Tranquilo, Lucius- Pronunció su esposa tomando asiento a su lado, esa mañana habían despertado y leído aquello con un gesto aberrante- he ido a verlo, continúa durmiendo.
- sólo son pesadillas, ¿no? -Preguntó el patriarca; inseguro de su respuesta- es decir, todo aquello es algo...

- Trillado, Lucius- el hombre había sido interrumpido por una voz genuinamente peculiar-; no tiene sentido que te atormentes por unas simples palabras con poco conocimiento.
Harry Potter se encontraba ahí; vestía el uniforme de auror y una capa con el tono marino. Un azul marino.
- ¿Ya ha despertado?
El matrimonio negó con cierta inseguridad. El día anterior había acabado el juicio y desde aquello Draco no había pronunciado alguna palabra.

- La pesadilla ha sido más fuerte, más de las que lo han perseguido durante toda esta semana. No creo que él pueda dormir así - Gimió con cansancio; era cierto, el estado de los Malfoy era notable, ambos no habían pegado el ojo aquella noche. - Necesitamos de alguien que se quede con él, a dormir.
- Puedo hacerlo yo .- Dijo Narcissa- Después de todo, soy su madre.
Harry en cambio reconsideró la idea y culminó en una idea- Yo podría dormir con Draco. Es decir... podría cuidarlo.
Lucius carraspeó la garganta y miró a su esposa, ella asintió y él procedió;
- Harry... claro está que la presencia de otra persona afecta a Draco. Personas que Draco desconoce... por ende, no contrataré a nadie. ¿Puedes comenzar esta noche?
Harry sonrió y asintió.- Lo haré, no tenga duda de ello.

Por otra parte Draco tomaba asiento en la cama, por alguna extraña razón se sentía incómodo en aquel lugar, pese a que este era su antigua habitación. Observó el lugar y seguía siendo tal a como lo recordaba. Sus padres se habían esmerado al mantenerlo de esa forma;
- Si sigues así te quedarás sin pensamientos.
Draco caviló por un momento y guió su vista hacia la puerta.
- Créeme, hay suficiente provisión de pensamientos para toda la vida.
Dijo. Harry chasqueó la lengua y tomó asiento a su lado. Volvió a evaluar al chico, seguía sin creer que continuara en su mismo estado.
- Me quedaré contigo esta noche, - pronunció- y la siguiente, y la siguiente.
Draco negó. No quería que Harry Potter oyera sus pesadillas.
- Potter, no creo que eso sea posible.
- ¿Por qué? - Preguntó. Pudo notar que las sábanas eran de una seda verde- Tu habitación es increíble.
- Admito que mis padres se han esmerado por mantenerla. - Respondió automáticamente casi sin mirarlo- Desde la estadía de... - mantuvo el silencio por un corto lapso- Voldemort, el único lugar al que podía refugiarme, durante todas las vacaciones de verano definitivamente era aquí.
- sexto año.
Masculló Harry, transportando de inmediato sus pensamientos a un recuerdo.

·

- No escuchaste nada que me preocupe, Potter. Pero mientras te enteras...

Y pisó, fuertemente, en la cara de Harry. Harry sintió que su nariz se rompía; saltaron los chorros de sangre por todos lados.

-Eso es por mi padre. Ahora, déjame ver...

Malfoy arrastró la capa desde debajo del cuerpo inmóvil de Harry y la arrojó sobre el.

- No creo que te encuentren hasta que el tren esté de regreso en Londres- dijo tranquilamente. -Nos vemos por ahí, Potter... o tal vez no.-Y teniendo cuidado de pisar los dedos de Harry, Malfoy salió del compartimiento.

·

Harry borró de inmediato aquellos pensamientos, suspiró y volvió su vista hacia el rubio. Supo entonces, que el brillo de aquella arrogante persona, se había apagado desde el tiempo en que su padre fue apresado.
- Recordé cuando en el tren de Hogwarts me fracturaste la nariz. - Comentó. Draco fijó su vista en él- admito que pisas fuerte.
-¿Debo tomarlo como un halago?
Draco continuaba en su misma posición, aguardando por un respuesta.
- Así es.
Afirmó el azabache.
- ¿Qué más puedo esperar?; Proviniendo de un Gryffindor.
Harry fingió un gesto de indignación:
- ¿Estás diciendo que los Gryffindor no pueden halagar de mejor manera?
- No.- negó- Estoy diciendo que eres un idiota. Un idiota agradable.

Harry sonrió. Aquello con Draco Malfoy era un avance.

- Potter. ¿Y si vuelven las pesadillas mientras estemos durmiendo?
Harry se encogió de hombros y sonrió- Bueno, me quedaré despierto.
- ¿Toda la noche?
- Toda la noche.

Draco volvió a sonreír. Harry comprendió que el muchacho lo hacía con sinceridad: obtuvo paz, por primera vez y se atrevió a decir que fue gracias a esa sonrisa.

- ¿Qué nos toca hoy? - Volvió a hablar el rubio, frunciendo el ceño. Estaba hastiado de ir a San Mungo.
- Terapia.
Draco cerró por un momento los ojos, imaginando que aquello era una broma.
- No quiero.
- Pero... tienes que ir, es decir, es necesario para tu recuperación. No será difícil, después de ello te puedo invitar un helado. ¿Te gusta el helado, no es cierto?
Propuso Harry, Draco vitoreó y enarcó una ceja;
- Sí, es cierto. Me gusta el helado... ¡Por Merlín, Potter! ¿Quién se atreve a comer helado en pleno invierno con una terrible nevada?
Harry se encogió de hombros y volvió a sonreír.
- ¡Podríamos ser la excepción!
Exclamó levantándose de la cama de un brinco.
- Entonces... ¿Aceptas?
- ¿Tengo otra opción?
- No, definitivamente no.

Draco soltó una pequeña risa y se levantó con ayuda de aquel azabache.

- espera Potter... - Dijo. Harry prestó atención- ¿Es una cita?

-... tal vez.

{Voten y comenten. Chicas, me ausentaré por un pequeño lapso. Volveré más pronto de lo que creen, ¡Hasta pronto!💚}

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora