Capítulo veintiséis.

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—No podría creerlo, ni aunque me lo relataras. —Dijo Hermione.
Se había sentado en el gran sofá que compartía con su esposo mientras este leía el profeta. Ron por su parte, estaba centrando su atención en un artículo bastante llamativo, era la columna que hablaba sobre su matrimonio.

—¿Qué no puedes creer? —preguntó.
Aprovechó su pequeño desliz de distracción para hablar.
—Harry Potter, enamorado de su bravucón en Hogwarts—pronunció. Ronald Weasley finalmente soltó el periódico del mundo mágico y prestó atención a su esposa— Si te preguntas por ellos, se encuentran afuera; jugando con el cachorro.

—¿Lo está, no? —Hermione asintió— Es curioso, Draco no parece serle indiferente.
—Y no lo es —admitió. Miró con cierta nostalgia a su esposo y sonrió de manera amena— Nunca creí que esto ocurriría. Ni siquiera pensaba que me llevaría bien con Draco.

—Y yo nunca creí que mi hermano se hubiera vuelto un maníaco y ahora esté condenado en Azkaban —Ron después de haber dicho eso dibujó una pequeña mueca despectiva en su rostro— Tampoco creía que seríamos los aurores destacados en el año.

—¿Por qué no? —La joven se levantó del sofá carmesí; adorno Gryffindor—. Harry, Matt y tú han sido increíbles en su trabajo, no veo el porqué negarles ese puesto.

—Como sea —continuó—; Harry parece ser feliz con Draco. Ambos han sufrido bastante, digo: tuve que ver a ambos experimentar ese sentimiento.

—¿Te has vuelto cercano a Draco? —indagó Hermione.
—Se podría decir que sí. —Responde— Es más, en los últimos tres años sólo he visto dolor tras dolor, es merecedor el descanso ¿no crees?

Hermione sonrió con sorpresa. Las palabras de Ron poseían un tono de conocimiento y reflexión, se sentía entusiasmada, pero sobre todo orgullosa.

—Y sabes que lamento esa escena en tu vida, Ron. La de ver a Draco sufrir, sin embargo tener que apoyar a George sólo porque es tu hermano...

—No sólo eso, Hermione —Ron interrumpió—. George es mi hermano, he crecido con él y tú también; gran parte de tu adolescencia lo has hecho. Él fue Gryffindor, tú también, yo también. ¿Comprendes lo difícil que es haber perdido a dos seres queridos por una guerra sin motivo?

—¿Sin motivo?
—¿Crees que Voldemort tenía algún motivo relevante además de mostrar al mundo lo poderoso que era? —Hermione lo miró dubitativa—Sólo ha sido un magnate egocéntrico de poder.

—Bueno, no niego que tengas razón en tu punto. Pero, ¿qué tiene que ver Draco y George en eso? —Balbucea. Ron la mira de reojo.

—Todo —añade— Draco ha nacido bajo prestigio, nosotros no. Draco había sido un rufián en diversos ámbitos, ha sido sólo un niño caprichoso y mimado; George no. George había sido todo lo contrario y contaba con Fred.

»Draco es hijo de Lucius Malfoy y en esos momentos, Malfoy era mano derecha de Voldemort por lo que automáticamente y sin elección Draco se convertía en uno desde muy temprana edad. Todo por poder, al parecer te embriaga, ¿no?

»Continuando con el punto, después de la derrota de Voldemort y de la muerte de Fred; George sufrió demasiado, había días en los que se encerraba en esa dichosa mansión y no quería salir de allí. Ni siquiera sé cómo obtuvo todas esas acciones. Tampoco niego el hecho de que George poseía cierta obsesión por Draco.

»Si sumamos todo eso, más los galeones que podía derrochar de alguna u otra manera se enteró que Draco Malfoy sería subastado, aunque era obvio de deducir. Todos en el mundo mágico sabían que subastan a los mortifagos más jóvenes y Draco era uno de ellos. Resumiendo esto, George se había dejado enloquecer por el dolor y el odio que sentía.

—Y todo es culpa de Voldemort. —Murmura Hermione.
Ron vuelve a afirmar con su cabeza y presta atención a la puerta de la sala. Draco y Harry se encontraban allí con un pequeño gesto de incomodidad.

—Bueno, eh, chicos la cena estará lista—Se apresuró en hablar la castaña— Draco, ¿me ayudas en la cocina?

Draco asintió dejando que el pequeño canino bajara de sus brazos. Después de que ambos jóvenes dejaran la sala de estar, Ron observó de manera atenta a Harry.

—¿De qué hablaban tanto Hermione y tú? —Preguntó. Había tomado asiento en el sillón— Si te preguntas por el hecho de haber escuchado su conversación, te aseguro que sólo escuchamos el final.

—No me preocupa —admite encogiéndose de hombros— me preocupa más bien toda esta situación.

—¿Es rara, no? —Ron asiente—Bueno, lo es bastante y me gusta. Me siento cómodo, ¿tú no?

—El Draco de ahora está domado, eso sucede —Ron bromea, sin embargo pronto guarda silencio al ver qué punto tocó— lo siento, no me refería a eso.

—No te disculpes, Ron —niega Harry—Ni siquiera pensé en eso hasta que lo hiciste.

—Bueno, pero es verdad; Draco es más ¿amable?

—Lo es. Es una pequeña persona increíble, creo que más destacaría de él su forma de salir adelante después de todo. —explica— aunque sólo había sido las pesadillas, ya sabes.

—Son episodios muy traumáticos para él, no lo culpo. Creo que no se lo desearía a nadie, me ha tocado ver los resultados y con sinceridad no es algo que alguien desearía hacerlo.
Harry sólo había hecho un pequeño gesto y jugó con sus manos.

—Esta noche pensaba pedirle noviazgo. Ya sé que a estas alturas todos están al tanto de mis sentimientos.

—Eso es genial, Harry. Ya era hora, ¿pero no debes divorciarte de Ginny primero? —Cuestiona.

—Lo haremos el lunes, eso no impide que pueda tener un noviazgo con Draco ¿o si?

Ron sólo se encoge de hombros.
—Mientras ambos sean felices, por mí está bien.

{lamento la demora, voten y comenten. 💚}

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora