Capitulo dieciocho. [Parte I, II y III]

21.3K 2K 1.5K
                                    

[Parte I]

Como lo había dicho, Ron se aseguró de que su hermano no lastimara de Draco, bajo amenazas, logró controlarlo. Draco más que nada se sentía agradecido, oyó que Potter pronto se casaría y tragó en seco; ¿En verdad aquella chica tuvo la suerte de poseer a Potter? No, a Potter no, a Harry Potter. Solo Harry.

Y miró hacia la nada, como si la noticia le causara cierto pudor. Es cierto que Harry Potter fue su enemigo durante su estadía en Hogwarts; es cierto que lo odiaba por haber rechazado su amistad.

Era cierto que prometió hacer que su estadía en aquel lugar sea un asco; ¿Pero qué más podía hacer un niño acostumbrado a tenerlo todo? Y el que Potter haya rechazado su amistad, el que lo haya humillado, no solo lo enojaba. Lo odiaba. Odiaba porque él deseaba ser su amigo; tener alguna cercanía con él y no por el hecho de haber derrotado a Voldemort desde niño. Le importaba una mierda aquello. Simplemente quería un amigo, un amigo que no te elije por lo que eres o por quien eres.

Y Potter poseía precisamente aquella cualidad. El ser sólo él.

- ¿Estarás todo el tiempo así? - Preguntó George; saliendo de la ducha. Llevaba una toalla envuelta alrededor de su cadera, el cuerpo totalmente humedecido a causa de la ducha- iré a la boda de mi hermanita, la fiesta se celebrará aquí.
- Ah...

Fue lo único que pudo responder, no le interesaba si Ginevra Weasley contraía matrimonio. Le importaba el novio. Sólo el novio.

Draco prácticamente se encontraba acostado en la cama, de espalda mirando hacia el techo. Su cabello rubio se aplastaba en uno de los almohadones al igual que su rostro.

- Necesito que bebas de una poción; antes de que la fiesta comience. - Dijo. Draco frunció ligeramente el ceño, para nada bebería cualquier cosa que aquella persona le diera.

- No beberé nada -dijo. George enarcó una ceja, pero no había dicho nada. Finalmente, había acabado con su atuendo. Llevaría un traje muy formal, sobre ella un capa el cual era negra.

- Definitivamente - Masculló, mirándose en el espejo de cuerpo completo -... me veo de maravilla.

Y con aquello desapareció. Aparición. Pensó el rubio sentándose en la cama, estaba tan exhausto que dormir sonaba tentador.

Harry se encontraba realmente nervioso. A su lado, Percy y su esposa. Como padrinos que propiciarán la boda, por alguna extraña razón; Harry no deseó que fueran sus mejores amigos. Claro que ellos lo comprendieron, sin embargo aún existía cierta indignación.

No estaba tan emocionado por contraer el dicho matrimonio; lo sentía como una obligación. Ginny definitivamente era hermosa, pero jamás se dedicaron un tiempo como pareja y eso intrigaba a cierto azabache.

- tranquilo; - susurró Percy al notar la inquietud del muchacho- ya llegará.

Claro que él no estaba nervioso por la ausencia de Ginny. Al contrario, agradecería si dicha muchacha no estaba presente y suspendieran la boda. Tendría una razón para terminar con ella.

Claro que, existía un pero, la fiesta de la boda se realizaría en la casa de George Weasley: ubicación de Draco Malfoy. Todo lo había planeado con Hermione y Matthew.

Técnicamente sería un sacrificio. Se sacrificaría por Draco Malfoy.

Frunció el ceño. Ginny estaba ahí, se notaba el aura de felicidad, temor y nerviosismo que acompañaban a la chica. Caminando hacia él. Merlín, qué estaba por hacer. Huir ya no era opción; no en aquella ocasión.

Carraspeó la garganta, dejó aquellos pensamientos y observó a la chica.

- Te ves preciosa, Ginny.

Subastado. |Harco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora